Cinco años después de salir del Athletic para enlazar variadas experiencias en el Leganés, UCAM Murcia, Cultural Leonesa e Ibiza, Unai Albizua (Laudio, 18-I-1989) da sus primeros pasos en el fútbol suizo convencido de que “era el momento” de probar cosas nuevas. Lo hace, una semana después de iniciar los entrenamientos de pretemporada al tener dos eliminatorias de Copa a la vista antes de que la liga comience el 17 de septiembre, sin temor a echar la vista atrás para recordar un pasado que tiene muy presente a la espera de lo que pueda depararle el futuro.

El fútbol le ha llevado hasta Suiza. ¿Cómo lleva la adaptación al nuevo entorno?

—Bien, es la primera vez que salgo fuera y siempre existe esa incertidumbre, pero estoy contento con lo que me he encontrado dentro del equipo y la cultura no cambia mucho. Sigue siendo Europa y un país cercano, lo que facilita la adaptación.

¿Por qué aceptó la oferta del Stade Lausanne-Ouchy?

—Siempre había tenido el gusanillo de salir fuera al haber contado con muchas ofertas para hacerlo y creo que este era el momento al tener ya una experiencia y no tener cosas que me motivaran demasiado en España. Jugar en el extranjero me abre otras puertas y si ascendemos tendría la opción de jugar en la Primera División de Suiza.

Tiene como entrenador a Meho Kodro, histórico delantero de la Real Sociedad y padre de Kenan. ¿Fue clave en su fichaje?

—La verdad es que sí, porque mi agente tiene relación con su hermano y un día que estaba yo entrenando en el gimnasio me llamó para decirme que había hablado con Meho. Me preguntó a ver si me interesaba la opción de venir aquí, empezamos a hablar y se cerró todo. Es un entrenador muy normal y cercano y yo estoy muy motivado y con muchas ganas de competir.

¿Han hablado sobre el Athletic?

—No, como jugó en la Real, tampoco le he sacado el tema (risas).

Del objetivo del equipo para la temporada entrante en la Challenge League si habrán hablado. Es un club en pleno crecimiento.

—Sí, es de reciente creación (2001), el presidente es el dueño de la famosa marca de relojes Franck Muller y después de llegar el año pasado a la Segunda División el objetivo es estar en los puestos de arriba e intentar pelear por el ascenso este año.

Echando la vista atrás, ¿cómo recuerda aquel verano de 2013 en el que logró convencer a Ernesto Valverde para obtener una ficha como león?

—Al principio con mucha ilusión y después con mucha incertidumbre al no saber lo que iba a pasar. El míster habló conmigo para decirme que era mejor que saliera cedido y tuve opciones de ir a Segunda División, pero por unas cosas u otras Ernesto entendió finalmente que era mejor que me quedara al considerar que podía aportar al equipo.

La realidad, sin embargo, es que apenas tuvo oportunidades. Solo jugó cuatro partidos antes de abandonar el club en 2015 para poner rumbo al Leganés tras una cesión previa al Tenerife.

—Recuerdo que cuando empezaba a entrar en el equipo en diciembre de 2013 venía la Copa y ahí iba a tener mi oportunidad, pero me rompí el isquio, estuve siete semanas de baja y ahí se me fue el momento. Después el equipo estaba rindiendo bien, con jugadores a gran nivel y fue complicado ya volver a entrar, porque en la defensa se suelen mover pocas piezas cuando las cosas van bien.

¿Qué consejo daría a los cachorros que han promocionado este verano para ponerse a las órdenes de Gaizka Garitano?

—Que tengan paciencia y no corran. Son jóvenes, tienen tiempo de sobra para demostrar y tanto el fútbol como la vida dan muchas vueltas. Si se quedan en el primer equipo, perfecto, y si no tienen que tener tranquilidad, porque si lo hacen bien las oportunidades les van a llegar y tendrán otras opciones.

¿Fue duro para usted tener que salir del Athletic?

—Sí, porque tenía mucha ilusión por continuar cuando salí cedido al Tenerife en 2014. En principio, de hecho, no iba a salir cedido, porque Valverde contaba conmigo, pero le dije que prefería salir al necesitar más minutos para seguir progresando. Disponía de una oferta de renovación por un año si me quedaba, pero la rechacé para demostrar que valía para jugar y ser importante en el Athletic. Renuncié así a un año más de contrato, pero fue lo que pensé que en aquel momento era lo mejor para mí.

¿Se arrepiente?

—Ahora mismo quizás no lo haría, aunque hay que tener en cuenta que aquel año como cedido en el Tenerife no fue bueno en lo colectivo. Si hubiera sido el año que pasé en el Leganés, que sí fue bueno en 2015, quizás habría vuelto al Athletic.

¿Sigue la actualidad del conjunto rojiblanco?

—Sí, sigo todo en la medida que puedo. Siempre he dicho que soy un aficionado más del Athletic que ha tenido el privilegio de pertenecer al primer equipo, que es lo más grande que he podido tener. Con el gol de Yuri en la vuelta de semifinales de Copa, por ejemplo, empecé a correr como un loco por el pasillo de casa con la camiseta del Athletic puesta.

De cara a la nueva temporada la ilusión en el entorno no parece la máxima posible. Entre otras cuestiones, por la ausencia de fichajes.

—Cada uno tiene que saber en qué lugar está. El mercado del Athletic es limitado y es normal que el club no pueda firmar jugadores o le cueste más que al resto, pero el año pasado creo que se hizo un buen trabajo y hay buenos jugadores. Hay que tener tranquilidad y paciencia, porque el Athletic al final casi siempre está cerca de Europa y todavía no se ha jugado la final de Copa contra la Real. Si se gana, la gente se vendrá arriba otra vez.

“Siempre había tenido el gusanillo de salir fuera al haber contado con muchas ofertas para hacerlo”

“Meho Kodro es un entrenador muy normal y cercano y yo estoy muy motivado y con muchas ganas de competir”

“Todavía no se ha jugado la final de Copa contra la Real; si se gana, la gente se vendrá arriba otra vez”