- Después de sumar tres Champions consecutivas (2016, 2017, 2018) con el Real Madrid, Zinedine Zidane confesó que su gran anhelo era ganar la liga doméstica, competición que refleja fielmente el pulso y la regularidad de un equipo a lo largo de toda la temporada.

“Prometemos que haremos todo lo posible para que esa copa tan linda y tan deseada por todos vuelva a estar acá” aseguró por su parte Leo Messi por esas fechas, en la presentación del Barça para la temporada 2018-19, justo tras el desastre de Roma y antes del siguiente desastre, en Anfield ante el Liverpool. Messi expuso los mismos argumentos que Zidane, solo que a la inversa. La sensación de haber ganado siete de las diez últimas ligas y cuatro copas consecutivas palidecía ante la enorme frustración de no poder acariciar esa linda copa, que al Barça del genio se le resiste desde 2015. Y el hombre ya va para los 34 años.

Establecidas las fechas para completar los cuatro partidos de vuelta que restan por disputarse para cerrar el cuadro de cuartos de final, que se disputarán en Lisboa, en La Luz, el estadio del Benfica, y en el José Alvalade, la casa del Sporting de Portugal, enseguida han asomado las cábalas. Dado que el madridismo y sus heraldos están eufóricos tras haber ganado todos los partidos después de reanudarse la competición y sentir que el título de liga es muy difícil que se escape, ya se especula con un cruce en cuartos de final con la Juventus de Cristiano Ronaldo. El morbo ideal para sazonar con picante el mundillo del fútbol.

Sin embargo y antes de ponerse en situación, habría que recordar lo obvio. Que la Vecchia Signora deberá antes eliminar al Olympique de Lyon, que parte con la sustancial ventaja del 1-0 logrado en el partido de ida. Sobre esta eliminatoria hay un interrogante más. El equipo francés, lo mismo que el PSG, lleva cinco meses sin competir. Desde que el Gobierno galo optó por suspender las ligas profesionales a causa de la pandemia por el covid-19 sin dejar al menos, como hicieron en las otras grandes ligas, una rendija abierta a la esperanza.

Si complicado lo tiene la Juve para acceder a cuartos, peor lo tiene el Real Madrid, que perdió en el Bernabéu frente al Manchester City (1-2). Pero eso ocurrió el 26 de febrero, toda una eternidad. Si bien el equipo blanco ha mejorado desde entonces, el City de Pep Guardiola sigue igual de competitivo, escoltando al inabordable Liverpool en la Premier League y con la meta obsesiva de llevar a sus vitrinas su primera Copa de Europa.

“Si pensamos en la siguiente eliminatoria, el rey de la competición, el Real Madrid, nos eliminará. Si hay alguien en este club que conoce al Real Madrid soy yo. Conozco su potencial, su historia y el tipo de partido que debemos jugar. Ahora toca el Brighton y luego nos seguiremos preparando para el Arsenal y dos partidos antes del Madrid”, advirtió ayer Guardiola.

La Champions también se ha convertido en una obsesión para el Atlético de Madrid, que en 2016 y 2017 perdió sendas finales precisamente frente al especialista, su gran rival y vecino. Tras eliminar al Liverpool, vigente campeón y señor de la Premier, renacen las esperanzas, y más después de conocer el camino. En cuartos aguarda el Leipzig alemán, nuevo en estas lides y que llega a la cita sin Timo Werner, autor de 35 goles en esta temporada y fugado hace pocos días al Chelsea tras pagar los 53 millones de euros de su cláusula de rescisión. En una teórica semifinal tendría de antagonista al PSG, probablemente, otro de los grandes clubes europeos que tienen pendiente la asignatura de la ganar la Champions.

Antes de llegar a Lisboa y clamar el favor de los dioses, el Barça deberá jugar en el Camp Nou la vuelta de los octavos ante el Nápoles (1-1 en la ida). Cumplido el trámite, aguarda el ilustre Bayern de Múnich, que llega a la cita pletórico después de pasar otra vez el rodillo por el fútbol alemán (Bundesliga y Copa).

Pendientes aún los octavos ante Roma e Inter. El Sevilla y el Getafe resolverán su futuro en la Europa League en Alemania, donde disputarán los octavos de final a partido único, ante la Roma y el Inter, respectivamente, los días 5 ó 6 de agosto. El Sevilla, rey de la competición con cinco coronas, si supera el escollo, se enfrentaría en cuartos con el ganador de la eliminatoria entre el Wolverhampton y el Olympiacos (1-1 en la ida). En el cuadro de competición se intuye como futuro rival al Manchester United. Por su parte el Getafe tiene una dura prueba en los octavos con el Inter, y si lo supera tendría otro contrincante de fuste en cuartos, el Bayer Leverkusen.