MADRID. En un comunicado, LaLiga aseguró que esta decisión causa “un daño irreparable al fútbol español”, por lo que “en defensa de los derechos de los clubes y SADs afiliados exigirá las responsabilidades que en Derecho corresponda a las instituciones y personas intervinientes en la misma”.

Tras recordar que fue de ella de quien partió la iniciativa de que el partido no se jugara el sábado 26 de octubre, ante la “grave situación de orden público en que se encontraba Cataluña”, la patronal explicó los motivos por los que no comparte la decisión del Comité de Competición, y que la primera fecha material en la que ambos clubes pueden jugar el partido es el 4 de diciembre y no el 18.

LaLiga justificó su motivo para no pedir medidas cautelares, “ya que el tiempo procesal de la tramitación de las mismas generaría una incertidumbre en los aficionados de España y de todo el mundo”, que disfrutan la competición “a través de más de cien operadores de televisión nacionales e internacionales en más de ciento ochenta países, como consecuencia de posponer en el tiempo, aún más, la fecha segura de la celebración de este partido emblema de LaLiga”.

El clásico, que se debía disputar este sábado a las 13.00 horas en el Camp Nou, fue aplazado por el Comité de Competición de la Federación Española al concurrir “circunstancias excepcionales” por los disturbios que se produjeron en Barcelona tras la sentencia del juicio del procés.

FECHA DE COPA Y MUNDIALITO

La decisión del Comité se produjo tras analizar las propuestas de ambos clubes, a los que invitó a ponerse de acuerdo en una fecha y que coincidieron en señalar el 18 de diciembre, y las alegaciones formuladas por LaLiga, que primero sugirió el 7 de diciembre y, finalmente, se decanta por el 4 de diciembre.

En cambio, tanto el Barcelona como el Real Madrid y la propia RFEF, los otros tres implicados en la resolución del caso, se decantaron por el 18 de diciembre, fecha que coincide con la primera eliminatoria de Copa, de la que estos dos grandes equipos están exentos, o torneos internacionales de relevancia, como el Mundial de Clubes, con el Liverpool como gancho, que distorsionarán la cobertura y el seguimiento mundial que siempre provoca el clásico del fútbol estatal.

Según Javier Tebas, presidente de LaLiga, “el fútbol español perderá valor, en todos los sentidos, no ya económico por ese cambio, sino de presencia en toda Asia. Todos los operadores televisivos lo saben. El acuerdo firmado era que el primer clásico de la temporada iría orientado para el mercado asiático. Por eso se jugaba en sábado a la una de la tarde. Si se disputa un miércoles por la noche en España, en Asia duermen”.