bilbao - El Liverpool inicia hoy frente al Nápoles la defensa de su corona continental, lograda en el Wanda Metropolitano ante el Tottenham, y a la vez el asalto a su séptima Copa de Europa, cuya final se disputará el 30 de mayo en Estambul, lo cual situaría al campeón inglés como segundo en el ranking, igualado con el Milan, y a siete del Real Madrid. El equipo más laureado nuevamente tiene a su torneo fetiche como el gran objetivo de la temporada por mucho que se empeñe Zinedine Zidane en poner el énfasis en LaLiga Santander, pues en la última década solo ha ganado dos títulos domésticos mientras la Champions la ha conquistado en cuatro ocasiones.

La obsesión por ganar la Liga de Campeones es evidente en el Barça, sobre todo tras los descalabros sufridos en las dos últimas ediciones (con eliminaciones bochornosas ante la Roma y Liverpool), y la amenaza velada que la semana pasada lanzó Leo Messi: “El Barça es mi casa...”, dijo, siempre y cuando le garanticen un equipo competitivo y en condiciones de aspirar a todo, puntualizó en una entrevista al diario Sport. El tiempo también transcurre para el mejor futbolista del mundo, que ya tiene 32 años y hace cuatro que no levanta esa linda copa y otros tantos que no le dan el Balón de Oro. Hace poco se supo que el astro argentino puede romper su contrato de forma unilateral sin que el club azulgrana reciba nada a cambio.

La Champions ha dejado de ser un capricho para convertirse también en una obsesión para los jeques árabes. Se puede decir que mantienen una competición paralela entre ellos con Europa como escenario. Catar, dueño del PSG, ha invertido una barbaridad en construir un equipo para ganar el torneo, objetivo que sigue sin alcanzar por más relumbrantes que sean los fichajes. En las dos últimas campañas, con los eminentes Neymar y Mbappé en nómina, el equipo parisino no pudo pasar de los octavos de final.

Hay urgencia en los jeques de Catar, el país que, asombrosamente, organizará el próximo Mundial de fútbol, y no tanta en los de los Emiratos Árabes Unidos, señores del Manchester City, quizá porque no llevan tanto tiempo en la carrera por colmar sus egos con la conquista futbolística de Europa. Con una inversión también multimillonaria y con Pep Guardiola al mando se han proclamado campeones de las dos últimas Premier League, un valor de mayor jerarquía que la liga francesa, por ejemplo.

Hay también un puñado de equipos, clásicos de la competición, sólidos y muy competitivos, que también reclaman la corona que hoy luce altanero el Liverpool de Jurgen Klopp, como son la Juventus, el Bayern de Múnich o el Atlético de Madrid, que ha cambiado sustancialmente el perfil del equipo tras la salida de Griezmann al Barça y la llegada del portugués Joao Félix, todavía tierno para ejercer el liderazgo de la tropa que sigue bajo el mando del Cholo Simeone.