Adelantado a su tiempo, Stefan Bissegger señaló la hora de la victoria en la crono de la París-Niza, 14 kilómetros que elevaron al suizo, otro joven, apenas 22 años, al liderato de la carrera del Sol. Bissegger está dispuesto a voltear el tiempo. En el UAE Tour, solo el colosal Filippo Ganna pudo con él. En las manecillas, el helvético, subcampeón del Mundo sub'23, dio cuerda a su reloj para arañarle la gloria por centésimas a Rémi Cavagna, al que apodan el TGV de Clermont-Ferrand por su poderío. El tren galo, que había superado a Primoz Roglic, llegó con un pizca de retraso ante la insurrección de Bissegger, con el gesto dislocado bajo un casco rosa de aspecto futurista que se asemejaba a un yelmo de la Guerra de las Galaxias. No era la imagen más elegante, pero su reloj era de oro rosa. Tallado el sufrimiento en el rostro, Bissegger cortó la respiración de Cavagna, que había volado como un tren bala en el trazado de Gien. A pesar de su tremendismo sobre los pedales, el campeón francés de contrarreloj no fue lo suficientemente rápido para adelantar un maestro relojero.

El logro de Bissegger no fue un asunto menor. No solo derrotó el coceo de Cavagna. El suizo, un querubín de la generación de Pogacar, Hirschi o McNulty también pudo con Primoz Roglic, al que todos esperan en la bóveda de Niza el próximo domingo. El esloveno, tercero en la crono, fijó el campo base para el asalto en los próximos días. En Gien, en su primer test ante el reloj, el Roglic demostró que su colmillo competitivo está afilado. No se le conoce otro modo de afrontar las carreras. En París inició su camino hacia París. Cosas del calendario. Caminando en círculos. Roglic regresó al escenario y la modalidad que le vio caer en el Tour, pero eso no le alteró el ánimo. El pasado no ocupa espacio en el equipaje de Roglic. El esloveno es un campeón de una mentalidad granítica. Concentrado, acoplado a su nueva montura, (su equipo ha cambiado de marca de biciletas y eso siempre exige un tiempo de adaptación), el esloveno estuvo en el andén en el que se le esperaba.

En una prueba corta pero suficiente para adentrarse en el universo propio de los contrarrelojistas, Roglic confirmó punto por punto que no existe una carrera menor para él. Menos aún la París-Niza, que condensa los elementos de una cita magna. Competidor feroz, con el pensamiento dibujando la carrera con una visión global, el esloveno completó una gran actuación en su primera crono de la campaña. En los tiempos del esloveno se balanceó Brandon McNulty, también veinteañero. El norteamericano, que coincide en Bissegger en la edad, se expresó de maravilla en la crono y apenas concedió tres segundos con Roglic, que era la referencia después de batir a Kragh Andersen y someter a Rohan Dennis, el primero en fijar las líneas maestras.

Buena actuación de Ion Izagirre

El vuelo de Roglic, que no le alcanzó por el laurel, subrayó, empero, su dominio frente a Tao Geoghegan, su rival en la general. El inglés completó una actuación decepcionante y entregó más de dos segundos de retraso por kilómetro respecto a Roglic, 38 segundos mejor en meta que el ciclista del Ineos. Ion Izagirre realizó una crono notable y fue 12º en Gien. El de Ormaiztegi, que en fue cuarto en 2018 y quinto en 2016 en la general de la carrera francesa, está a 15 segundos del esloveno. Tercero en la general, Roglic acude a la jornada montañosa de este miércoles con la firmeza como aliada. Entre las montañas se desplegará una nueva París-Niza, una vez ordenados los tiempos en la crono, donde sonrió Stefan Bissegger, otro reloj suizo.