STABA claro cuál iba a ser el desarrollo de la jornada. Todos sabíamos que iba a acabar al esprint. De nuevo me ha parecido extraño que corredores de equipos pequeños no intentasen la fuga. Da la impresión de que están guardando fuerzas para etapas venideras, pero no sé si para entonces van a poder gastar esas fuerzas. Es cierto que la fuga no tenía ningún futuro con un solo hombre y más si cabe en un recorrido así. A partir de entonces, como en casi todo este Tour, ha tocado pelear la posición. Durante gran parte del recorrido entraba viento lateral y eso te obligaba a estar alerta. Se nota ese punto de tensión que no nos abandona. Cuando restan 60 kilómetros cada uno defiende la posición que coge porque luego se bloquea el pelotón. No se puede avanzar prácticamente nada. Los huecos están cerrados. Se trata de mantener la posición que tengas. Ha sido reseñable la igualdad que ha habido en el esprint que se ha llevado Ewan. Sagan ha hecho una maniobra demasiado agresiva contra Van Aert. Le han penalizado y le han dejado sin puntos en la lucha por el maillot verde. Eso le puede costar la clasificación de la regularidad en París. No me quiero olvidar de la caída que ha sufrido Ion Izagirre. Era un lugar muy peligroso para caerse y se ha hecho daño. Espero que se recupere lo antes posible. ¡Mucho ánimo Ion!