Bilbao - En Ibai Salas (Bilbao, 4-VII-1991) confluyen un sinfín de emociones pocas horas después de que salga a la luz que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) le ha dado la razón en su lucha por demostrar su inocencia. Una sanción de tres años y nueve meses -entre el 3 de octubre de 2018 y el 3 de julio de 2019- impuesta por la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSD) debido a unas supuestas irregularidades detectadas en el pasaporte biológico del ya excorredor vizcaino en enero de 2017 que, tal y como avanzó ayer Europa Press, fue declarada nula y dejada sin efectos por el TAD en el procedimiento número 217/2018.

Al otro lado del teléfono, su voz deja entrever cierta rabia acumulada, aunque el tono triste de meses atrás ha mutado en otro mucho más alegre. “Se ha hecho justicia”, asegura Salas a DEIA. Se le nota enfadado, pero también liberado después de “diez meses de sufrimiento”, los que transcurrieron desde que recibió la notificación de su positivo hasta el pasado viernes, día 8, cuando abrió la carta que le informaba de la positiva resolución del caso para sus intereses.

Tal y como recoge el TAD en su veredicto, el pasaporte biológico del corredor no demuestra expresamente si el corredor utilizó algún método o sustancia prohibida, por lo que “la causa de este modo de proceder es que no se ha dado cumplimiento completo a la normativa sobre pasaporte biológico que contiene la Ley Orgánica”. En este sentido, el Tribunal recalca que “el pasaporte biológico no es suficiente para probar la comisión de una infracción”.

Ibai Salas, que reconoce abiertamente que no volverá a competir porque no tiene “ganas de volver”, aunque no aparcará la bicicleta de su vida, porque sigue siendo algo que le apasiona, se muestra muy crítico con el tratamiento que la AEPSAD ha hecho de su caso. “Filtraron las irregularidades cuando les vino bien para colgarse la medalla de haber castigado por primera vez a un corredor por supuestas irregularidades en el pasaporte biológico, cuando lo normal es que hubiese sido en secreto. Eso habría hecho que mi carrera deportivo no hubiera acabado. Una vez que el TAD me ha dado la razón, tampoco han salido a decir nada”.

El Burgos-BH, su exequipo, también le dio la espalda “desde el primer momento” y de “muy malas maneras”, recuerda el vizcaino. Julio Andrés Izquierdo, mánager de la formación burgalesa, dijo alegrarse por el ciclista, aunque matizó que “si volviera a pasar por la misma situación actuaría de la misma manera porque estoy a favor de la idea de tolerancia cero con el dopaje. “Fue una pena”, lamenta Ibai Salas, exonerado de su sanción, aunque señalado de por vida y apartado del deporte que tanto amaba.