SANDRO Gacic (Mostar, 1996) llegó a Euskadi como una gran promesa internacional. El Baskonia le fichó con solo 14 años y le dio la oportunidad de foguearse en el baloncesto estatal. Fue el primer paso de un camino que le hizo recorrer toda la península. Salamanca, Santander, Andorra... fueron algunos de sus destinos y este año cerró el círculo con el regreso a tierras vascas. El Zornotza apostó por él para completar su plantilla y el base bosnio está contento con lo que se ha encontrado en Amorebieta. Un buen escenario para continuar con su progresión y además un equipo que ha comenzado el curso a ritmo de victorias. Los zornotzarras están en la parte alta de la tabla y hoy, a partir de las 18.00 horas, juegan en Marbella con la intención de mantener su buena racha.

El camino de Gacic hasta Amorebieta tiene muchas paradas y fue adaptándose con el paso de los años. Con 14 años decidió hacer la siempre arriesgada apuesta de dejar su casa para marcharse hasta Gasteiz en busca de hacer realidad un sueño. “El primer año fue horrible. Estaba tachando los días para irme a casa, pero luego pasados unos años, cuando estaba en mi país tenía ganas de volver aquí. Fue una experiencia bonita estar en el Baskonia”, recuerda. El base bosnio llegó con una gran promesa europea y muchos focos apuntaron a él desde el primer día. Convivir con esa etiqueta de futura estrella fue su primera tarea. “No me salió muy bien. Había demasiada presión y no tenía la mentalidad que tengo hoy en día, si la hubiera tenido las cosas hubieran sido diferentes. Pero por otro lado aprendí otras cosas mucho mejores”, añade.

Gacic salió del Baskonia y continuó su carrera principalmente en la EBA. No era el plan inicial, pero el actual jugador del Zornotza está más que satisfecho con los pasos que ha dado su carrera y las lecciones que ha aprendido en cada etapa. “Lo que he vivido y he aprendido me sirve mucho para mi día a día. Al final el baloncesto te ayuda. Conoces mucha gente, vaya a donde vaya siempre conozco a alguien; haces lo que te gusta, te pagan por ello... no mucha gente puede decir eso y en realidad soy un afortunado. Estoy contento”, afirma. Uno de sus destinos destacados fue Andorra. Allí no solo tuvo la oportunidad de conocer un nuevo destino, también de entrenar con el equipo de ACB e incluso debutar en competición europea. “Fue muy chulo. Pasé todo el año entrenando con el ACB, con Peñarroya y me dio la oportunidad de jugar dos partidos en Eurocup. Fue muy bonito y vi como entrenaban. Es otro nivel, hay que estar al cien por cien en cada entrenamiento porque si no te pierdes”, cuenta.

Ahora, tras dos años en el Tormes de Salamanca, el de Mostar ha recalado en Amorebieta. “Estoy muy contento la verdad. Obviamente tuve varias opciones y está fue la que más me gustó. El proyecto es interesante, es un equipo que lucha por estar arriba y me gusta cómo juega”, declara. Pero Gacic no solo ha encontrado la felicidad en la cancha, también fuera de ella. Los zornotzarras se vuelcan con los suyos y el bosnio está muy agradecido a la gente de la localidad: “Es un pueblo pequeño, tranquilito. Entrenamos mucho la verdad así que tampoco se puede hacer mucho. La gente de Amorebieta nos ayuda mucho a los de fuera. Luis, Gustavo, Antxon, Iñaki... nos cuidan mucho y siempre están ahí para lo que nos haga falta”.

En lo deportivo, el Zornotza tiene hoy un importante partido para continuar en la parte alta de la LEB Plata. Los zornotzarras llevan cinco victorias y una sola derrota y Gacic opina que la clave de este buen inicio está en el ambiente del equipo: “Creo que lo bueno que tenemos es que hay un buen grupo humano. Tenemos buen ambiente y nos ayudamos también en lo que no es baloncesto. La gente se apoya entre unos y otros y al final de temporada eso da un par de victorias más”. Marbella será el siguiente objetivo y el base zornotzarra espera seguir disfrutando de cada paso.