Una llamada de teléfono cumplió uno de los grandes sueños de Adrián Yáñez. La Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad decidió apostar por él y darle el cargo de seleccionador de España femenino de BSR. Otro paso más para un entrenador que no para de cumplir objetivos a toda velocidad. En un año pasó de ser un debutante en el deporte a ganar la División de Honor y ahora se hace cargo del combinado estatal con el Europeo en el horizonte.

¿Qué tal lleva el nuevo nombramiento como seleccionador de España?

—La semana pasada sí que fue un poco pletórica con respecto a los mensajes y las redes sociales, pero es algo que conlleva el cargo y estoy contento. Es algo que todo el mundo sueña, hacerse cargo de la selección y hacerlo en doce o trece meses que llevo en el deporte es algo para destacar.

Otro gran paso en su corta carrera en el BSR.

—No sé en Bizkaia cuánta gente puede decir que ha sido seleccionador nacional y, a día de hoy, creo que es el primer caso de un seleccionador nacional en baloncesto. Vuelvo a tener mucho trabajo, porque al igual que ocurrió el año pasado vuelve a darse el caso de que los jugadores saben más que yo y voy a estar con chicas que están prácticamente todas compitiendo en División de Honor. Estoy con ganas y las veo ilusionadas, ya las conozco de la experiencia del pasado verano en Alemania y Países Bajos, y una vez asimilado el cargo, lo pienso fríamente y sí que tiene su miga.

¿Cómo se siente al ver a la velocidad que va su trayectoria?

—Creo que no soy consciente de lo que me está pasando. Cuando ganamos la liga el pasado mes de junio, para mí era algo inimaginable y fue uno de los días más felices de mi vida. El otro día cuando me llamó el presidente de la Federación para preguntarme si quería hacerme cargo de la selección, creo que fue el día más feliz de mi vida. Llevar a la selección española es lo máximo a lo que se puede aspirar. Estar en un Europeo, un Mundial o en unos Juegos no está al alcance de todo el mundo. Todos cuando empezamos en el deporte base soñamos con algún día ser la persona en la que están todos los focos puestos.

Gran parte de culpa la tiene el Bidaideak Bilbao BSR.

—Por supuesto. No me olvidaré nunca de esa llamada de Txema Alonso aquel 12 o 13 de marzo. Fue muy sincero conmigo y yo con él y creo que esa es una de las características de este club. Sin esa llamada yo no estaría hoy aquí. Le estoy muy agradecido a él y a la plantilla. Sigue habiendo alguna cosa que no acaba de encajar, pero con la ayuda de todos, dentro de unos años veré que fui seleccionador nacional y es de lo que más orgulloso se puede sentir uno.

¿Además de ilusión siente algo de vértigo por el cargo?

—Sí, sobre todo por el sentimiento de responsabilidad. Es jugar un Europeo en dos meses y hacerlo en casa, con las circunstancias que eso tiene. Además, hay una plaza para el Mundial, que España aún no tiene, y ojalá podamos quedar entre las cuatro primeras para lograr el pase a Dubai el año que viene.

¿Ha cambiado su día a día tras convertirse en seleccionador?

—Sobre todo por el número de horas. Exige la responsabilidad del día a día de llevar una selección. Hay que ver vídeos, preguntar a las jugadoras cómo están... Sí que tiene un cúmulo de horas y ser metódico y cumplimentarlas tiene su jardín.

¿Cómo se produjo su contratación?

—Estar en la anterior concentración fue uno de los factores importantes. Luego, las jugadoras también creo que estarían dispuestas porque muchas veces suelen ser ellas un poco las que deciden. Creo que estarán contentas con el nombramiento y, a partir de recibir la llamada, tardamos dos o tres correos en aceptar el cargo. El grupo de trabajo es completo y lo completamos con esa veteranía de gente con años de experiencia en la liga. A partir de ahí, toca trabajar y encajar las piezas del puzle para lograr el mayor éxito.

¿Cuál es el nivel actual de España en el baloncesto en silla de ruedas?

—La selección viene de vivir los mejores momentos, de estar en Tokio y antes solo habían estado en los Juegos de Barcelona por el hecho de ser el equipo anfitrión. La idea es seguir trabajando, lograr una de las cuatro plazas que nos lleven a Dubai y, a partir de ahí, preparar los Juegos Paralímpicos. En el equipo hay mucha gente veterana y se mezcla con esa juventud que llega. A las diez que estuvieron en Tokio se le suman dos jugadoras jóvenes que vienen pegando fuerte y creemos que pueden ser el futuro de la selección.

Se da el caso de que estas jugadoras competirán en un Europeo femenino después de haber disputado una competición mixta.

—Es algo curioso, empezando porque cambia hasta el instrumento. Es como si al que lanza con arco, a dos meses del campeonato le dicen que va a cambiar la flecha. Entrenan con balón de chico toda la temporada y ahí juegan con el de chica. Luego también cambia el rol. Pueden pasar de tener minutos residuales a que el seleccionador les pida que tengan que jugar treinta minutos y ser importantes. Ese cambio de chip no es sencillo para ellas. Pero también son conscientes de que hay jugadoras que tienen que dar el do de pecho y encajar un poco todo eso.

¿Cuáles creen que serán sus rivales en este Europeo?

—Países Bajos, que ha sido campeona paralímpica en Tokio, y Alemania son las favoritas. Hay dos o tres selecciones que están bastante por encima. España ha sido octava en los Juegos y nos vamos a jugar el cobre con Francia y Turquía. El que gane dos de esos tres partidos es el que se meterá en las semifinales y tiene plaza. Creo que estamos para competirlo, y más jugando en casa. A partir de ahí, que los nervios no nos jueguen una mala pasada.

“Sin la llamada del Bidaideak Bilbao BSR yo no estaría hoy aquí; estoy muy agradecido a la plantilla y a su presidente”

“La selección es lo máximo a lo que se puede aspirar. Estar en un Europeo o en unos Juegos no está al alcance de todos”

“Tengo mucho trabajo, porque al igual que ocurrió el año pasado vuelve a darse el caso de que los jugadores saben más que yo”