- El Bilbao Basket ya tiene en su casillero la primera victoria del curso 2020-21. El conjunto vizcaino apartó la imagen de equipo tierno e irregular que había mostrado en las tres jornadas iniciales -ante rivales muy superiores, todo hay que decirlo- y no tuvo compasión de un Monbus Obradoiro que llegaba a Miribilla sin conocer la derrota. El conjunto de Álex Mumbrú necesitó un cuarto para tranquilizarse, asentarse y sacar los mejor de sí mismo, pero cuando lo hizo fue muy superior a la escuadra gallega, a la que empequeñeció a base de un notable trabajo de retaguardia, rebosante de energía y actividad. Además, en la tarde de ayer se pudieron ver las posibilidades ofensivas de un grupo humano con pólvora y recursos desde todas las distancias y en el que siete de sus componentes (Jonathan Rousselle, Jaylon Brown, Ondrej Balvin, Jaroslaw Zyskowski, Ludde Hakanson, Kingsley Moses y Arnoldas Kulboka) anotaron en dobles dígitos, con el base francés, muy dañino con sus penetraciones, liderando con sus 16 puntos.

A los anfitriones se les abrió el cielo cuando los triples comenzaron a entrar en el segundo acto, cinco de siete en ese parcial, y ya no volvieron a mirar atrás merced a un brutal parcial de 23-7, ayudados por su inmensa superioridad en el rebote (36 a 19), que les permitió salir con rapidez hacia el aro rival y gozar de hasta catorce segundas oportunidades de tiro. Además, la vigilancia sobre el enorme Laurynas Birutis, MVP de la Liga Endesa en septiembre, fue magnífica y el lituano no fue en ningún momento un factor desequilibrante, lo que unido a la tempranera lesión de Mike Daum dejó a los de Moncho Fernández sin dos de sus mejores armas, demasiado pendientes de la inspiración ofensiva de sus exteriores, bien vigilados por los anfitriones merced a un magnífico trabajo grupal con grandes momentos de brillo de Tomeu Rigo, con más minutos por la ausencia por lesión de Quentin Serron, sobre Kassius Robertson, que anotó muchos de sus puntos con la contienda absolutamente vista para sentencia.

El Bilbao Basket arrancó la cita dubitativo e impreciso en su faceta ofensiva, sin conseguir generar ventajas claras, por lo que fue el Obradoiro el que comenzó mandando en el luminoso con Laurynas Beliauskas y Chris Czerapowicz especialmente efusivos. Los de Mumbrú se sujetaron en el marcador merced a los puntos de Balvin y Rousselle, pero paradójicamente la salida del partido del gigantón Birutis no fue una buena noticia para sus intereses. Su lugar lo ocupó el rookie Steven Enoch y sus siete puntos en un abrir y cerrar de ojos amagaron con un demarraje por parte de los gallegos (14-20). Nada más lejos de la realidad. El Bilbao Basket se recompuso para cerrar el primer cuarto con un aseado 19-22 en contra y en el segundo acto compareció muy rearmado desde el punto de vista de la intensidad, especialmente notoria en la retaguardia. Un par de canastas tras rebote ofensivo de Álex Reyes, dos triples de Rigo y Kulboka y una calentón marca de la casa de Brown desde la línea de 6,75 confeccionaron una sensacional rampa de despegue para los hombres de negro, que fabricaron un arrollador parcial de 23-7 para pasar a dominar el duelo por 40-29. Los anfitriones cerraron su aro a cal y canto, exprimieron sus piernas para llegar a puntear a los fusileros de Moncho Fernández y tiraron de ayudas y manos por doquier para evitar recepciones debajo del aro, secando el suministro de puntos de los visitantes, con el talentoso Beliauskas demasiado solo en sus acometidas, llegando al ecuador del duelo con un más que interesante 47-34 favorable a sus intereses.

El 28-12 en el segundo cuarto, con un magnífico cinco de siete desde más allá de la línea de 6,75, mostraba a los hombres de negro el camino a seguir para ganar. Y arrancaron las cosas muy bien en el tercer cuarto para ellos, con cinco puntos seguidos de Balvin (52-34) que, además, colocaba la tercera falta en el casillero de Birutis, pero una rigurosísima antideportiva señalada a Zyskowski permitió al Obradoiro no caerse del alambre. Robertson, que lo mismo fallaba tres tiros libres seguidos que engatillaba dos triples, acercó a los suyos hasta el 56-44 obligando a Mumbrú, descontento con los árbitros, a parar el partido. Hakanson dio aire a los anfitriones con un par de penetraciones, pero Czerapowicz respondió en el otro aro para colocar un más que inquietante 60-54 que amenazaba con echar por tierra todo el buen trabajo realizado anteriormente por el Bilbao Basket. Moses, con seis puntos casi seguidos, y Rousselle, con un triple, volvieron dar aire a los anfitriones, pero Robertson, anotando casi sobre la bocina, evitó que los locales llegaran a los diez minutos finales con una renta de dobles dígitos (69-60). Pero los hombres de negro no titubearon y arrancaron el acto final repletos de filo y concentración, agresivos en defensa y anotando con fluidez. El 78-63 a 7:24 del final dibujaba un horizonte optimista que ya no tuvo vuelta atrás porque los locales no bajaron el ritmo en ningún momento. Con una magnífica distribución de balón que permitió canastas sencillas de Kulboka, Reyes y Balvin y las penetraciones kamikazes de Rousselle, la ventaja bilbaina llegó a superar los veinte puntos en un encuentro que acabó dando el primer triunfo del ejercicio a un Bilbao Basket que sigue dando pasos al frente en su proceso de cimentación como bloque.