BILBAO. Si LeBron James lleva tres lustros siendo El Rey de la NBA, Luka Doncic tiene, a sus 20 años, todas las trazas de poder convertirse en su heredero. El esloveno no para de romper moldes desde su desembarco en la liga estadounidense. Novato del año la pasada temporada, sus registros de precocidad en cuanto a triples-dobles han acaparado titulares a lo largo del presente curso, hasta el punto de conseguir promediar uno durante todo noviembre: 31,7 puntos, 10,4 rebotes y 10,4 asistencias. Antes que él, solo dos jugadores en la historia de la competición, Russell Westbrook y Wilt Chamberlain, lograron hacerlo durante todo un mes anotando por encima de los treinta puntos.

Cada encuentro que disputa es una demostración de pertenencia a la élite absoluta y en la noche del domingo, en el Staples Center, consiguió alcanzar un nuevo hito al liderar a los Dallas Mavericks en su victoria por 100-114 ante Los Angeles Lakers, el mejor equipo de la NBA -solo habían perdido ante Clippers y Raptors-, con una actuación que empieza a ser ya habitual en él: 27 puntos, 10 asistencias y 9 rebotes. El equipo angelino, de la mano de sus rutilantes estrellas LeBron James y Anthony Davis, dominó el encuentro hasta el descanso con un Doncic bastante desacertado -él mismo calificó sus dos primeros cuartos como “horribles”-, pero el resurgir del esloveno en la reanudación (acabó quedándose a las puertas de su octavo triple-doble del ejercicio y firmó acciones individuales de gran mérito ante el propio LeBron) hizo saltar el partido por los aires y los Mavericks, que ya son cuartos en la Conferencia Oeste, lograron un colchón de una veintena de puntos para hacer que su triunfo no corriera peligro en ningún momento.