bilbao - Javi Salgado se fue como tienen que irse los grandes: con el reconocimiento de los propios y los ajenos. El Bilbao Basket le debía al de Santutxu un homenaje a la altura de quien ha sido su figura más representativa, la que le ha conectado con Bilbao y Bizkaia. Con muchos espectadores luciendo camisetas diseñadas para la ocasión y después de que su equipo hubiera ganado a un Valencia Basket que respetó el momento, Salgado se situó en el centro de Miribilla desde donde escuchó los testimonios de personas que cubrían toda su historia deportiva y la del propio club.

Después de Fernando Adán, su primer entrenador en Maristas -Josean Figueroa, quien le abrió camino al profesionalismo, estaba a pie de pista- aparecieron en el marcador Patrik Sáenz de Ugarte, Txus Vidorreta, Román Montañez, Fred Weis, Marko Banic, Marcelinho Huertas, Juan Carlos Navarro, David Doblas, Jaime Fernández, Juancho Hernangómez, el propio Álex Mumbrú, el alcalde Juan Mari Aburto e, incluso, el danés Kevin Larsen, con el que la pasada campaña hizo muy buenas migas en la LEB.

El Patronato, el Gipuzkoa Basket y el Estudiantes, los otros clubes en los que ha militado, las Federaciones Vasca y Vizcaina, las peñas y todo el Bilbao Basket agasajaron a Salgado, cuya camiseta lucirá para siempre en uno de los fondos de Miribilla y su dorsal 14 nadie más utilizará. “No pensaba que este camino iba a ser tan largo”, reconoció en su discurso. Un camino que acabó ayer y que sigue en busca de nuevos Javi Salgados.