NO han pasado ni dos semanas desde que el Bilbao Basket celebró el ascenso a la Liga Endesa y ya se le marcan objetivos para su vuelta a la élite. En realidad, la temporada aún no ha concluido, aunque lo que ocurra entre el Real Madrid y el Barcelona en nada va a afectar al futuro de los hombres de negro, que va a depender de la capacidad económica que tenga el club para moverse en el mercado, ahora mismo limitada. La anunciada continuidad de Thomas Schreiner y Ben Lammers son dos pequeños pasos de los muchos que debe dar el Bilbao Basket antes de configurar su plantilla para el regreso a la ACB.

Con recursos limitados es fundamental acertar y para eso no hay que tener prisa. La experiencia de hace dos temporadas debe ayudar para no volver a caer en el mismo error porque son muchas las piezas a analizar y a encajar para lograr una plantilla competitiva. No se trata de acumular jugadores, sino de buscar aquellos que mejor puedan funcionar como colectivo. Despacio y con buena letra. Y no va a ser fácil ya que el Bilbao Basket será la próxima temporada uno de los clubes con menos presupuesto de la competición, sino el que menos. Por ello, pensar ahora mismo en otra cosa que no sea la permanencia supone una temeridad y una presión innecesaria para aquellos que deben trabajar en las próximas semanas en nombres y roles.

En su última temporada en la ACB, el Bilbao Basket era un equipo con plaza europea consolidada y eso le daba una posición de cierta ventaja en el mercado. Ahora son otros los que gozan de ese privilegio, en concreto clubes que hace un par de años estaban en el escalón inferior de la ACB en cuanto a presupuesto y ahora parten en otro nivel. Por ejemplo, el Tecnyconta Zaragoza, el Joventut, al que la familia Grifols ha dado un impulso económico, y el San Pablo Burgos acabaron la campaña 2017-18 justo por encima del Bilbao Basket. Pues bien, los aragoneses y los badaloneses han disputado play-off y volverán a jugar el próximo curso competición europea y los castellanos han acabado en undécima posición y pretenden debutar en Europa. El Manresa también ha acabado entre los ocho mejores, pese a ser un recién ascendido, y tendrá la oportunidad de jugar alguno de los torneos continentales.

amplia clase media Muchos quieren ver en el club catalán un ejemplo para este Bilbao Basket que vuelve a la ACB, pero los del Bagès han dispuesto en la última campaña de un presupuesto para plantilla mayor del que manejarán este verano en los despachos bilbainos. Y es que la clase media de la Liga Endesa, en la que el equipo vizcaino habitó durante varias temporadas gracias a presupuestos por encima de los nueve millones de euros, se ha ampliado y alejado de sus aspiraciones actuales. En ese numeroso grupo de equipos por debajo de los cuatro que disputarán la Euroliga se atisba un verano de muchos movimientos, de cambio de jugadores de unos a otros. Pero será complicado que el Bilbao Basket pueda pujar, pescar en alguno de ellos, salvo algún descarte.

El Obradoiro, que siempre se las apaña para sobrevivir con su limitado presupuesto, y el UCAM Murcia y el Fuenlabrada, que acusaron el último curso el peso de la competición europea. parecen los clubes más cercanos ahora mismo al Bilbao Basket, suponiendo que el Estudiantes no repetirá una temporada tan mala como la última. Porque incluso el Real Betis, el otro ascendido, arrancará con un proyecto reforzado y con la vista más allá de la permanencia.

Todo esto significa que el Bilbao Basket llega a la ACB como hace quince años. Los aires de grandeza ya han quedado expiados con la penitencia de una campaña en la LEB Oro y todo el club debe tener claro cuáles son las batallas que hay que ganar para mantenerse en la Liga Endesa. El ambiente que se generó en los últimos partidos de la pasada temporada tiene que mantenerse e impulsar al equipo ahora que ya no va a poder marcar diferencias por la calidad de su plantilla. Porque eso sí es algo que la mayoría de los rivales no tienen.