bilbao - La película ha dado un giro indeseado y hay que reescribir el guion. Hace una semana, el Bilbao Basket estaba ante una eliminatoria al mejor de cinco partidos con el factor cancha a favor. Desde hoy afronta en Palencia un play-off al mejor de tres con la ventaja de cancha para los castellanos y la necesidad de ganar, al menos, uno de los dos siguientes para que el cruce se pueda decidir en Miribilla. Sin embargo, Álex Mumbrú quiso transmitir ayer una consigna clara: La consigna de todas formas es clara: “Solo podemos pensar en el tercer partido, no en que hay otros dos por delante”.

Los dos duelos de la semana pasada dejaron claro que el Palencia va a tratar de mantener un alto tono físico en la serie. “Lo que podemos controlar es que no estuvimos al nivel físico en el segundo partido, muchos minutos sí, pero en otros no, y tenemos que igualar su nivel físico, no queda otra. Pero eso es cosa nuestra, no de los árbitros”, comentó el técnico del Bilbao Basket. Porque a estas alturas da igual las diferencias en el marcador, lo que a cada equipo le vaya bien o mal, hay que adaptarse a lo que llega y ganar. El Palencia ha puesto el foco en frenar a los bases bilbainos, que generan todo el juego. “El viernes encontramos más ritmo y el domingo no. Esperemos saber encontrar nuestro ritmo y soluciones para que nuestros bases estén un poco más liberados. Es trabajo de equipo”, explicó Mumbrú, recordó la igualdad que hay entre los dos equipos “y por eso no espero muchas sorpresas” y la necesidad, eso sí, de reducir errores porque “tres-cuatro minutos malos te sentencian”.

De todas formas, este es el momento de los jugadores y de que una rotación larga como es la del Bilbao Basket se haga notar. Probablemente, el Palencia no variará mucho su planteamiento del pasado domingo, al menos mientras le siga dando buen resultado, y los hombres de negro tendrán que demostrar carácter, personalidad y determinación en un pabellón que estará muy volcado con su equipo y que tiene mucha experiencia en este tipo de situaciones. 200 aficionados del Bilbao Basket acompañarán a los suyos a un partido que, según Mumbrú, será “duro, difícil, que no se va a resolver rápido, que será a cuarenta minutos”.