bilbao - El Bilbao Basket regresa a ese territorio en el que los partidos adquieren una dimensión especial. Ya había ganas de disfrutar otra vez en Miribilla de un play-off, de esa serie de partidos que elevan la temperatura del baloncesto y que son un arma de doble filo ya que pueden arruinar o exaltar el trabajo de una temporada. El Bilbao Arena acoge hoy y el domingo por la mañana los dos primeros partidos de la eliminatoria ante el Trapa Palencia, más peliaguda de lo que parece para tratarse de un segundo y un noveno clasificado en la liga regular. En la liga hubo una victoria para cada uno. Ahora los actores son los mismos, pero el guion es diferente y la película será nueva.

Como suele ocurrir en estos casos, los dos equipos tratan de pasarse la presión y el cartel de favoritos, aunque son los hombres de negro quienes tienen el factor cancha a favor para resolver, si se diera el caso. “Hemos peleado toda la temporada para ello y tenemos que hacerlo valer”, comenta Álex Mumbrú. El técnico del Bilbao Basket añade que la presión “es para los dos. El Palencia está pensado para ascender: tienen doce jugadores, mucha experiencia en play-off, han ampliado su pabellón y ya han conseguido un ascenso”.

Su buen amigo Carles Marco considera al Bilbao Basket “el mejor equipo de la LEB Oro por detrás del Betis, tiene una infraestructura de ACB y ha ganado muchos partidos” y, por eso, entiende que se piense que es el peor rival posible y que sea favorito. “Eso también tiene sus cosas positivas y es que llevan mucha gente detrás y eso es importante”, apunta el técnico del equipo castellano, que ya peleó tres veces por el ascenso cuando dirigía al Oviedo. Además, el Palencia no acabó bien la liga regular ya que sumó dos derrotas ante el Melilla y el Granada, pero “ahora todo empieza de cero y espero que seamos capaces de jugar con energía. Nosotros también tenemos presión, como todos los equipos, y es un play-off hay que saber manejar las emociones”.

hacer lo que toca En este sentido, es fundamental pensar en cada partido como una unidad y el primero suele ser el que marca la tónica de la eliminatoria. Los dos conjuntos se conocen muy bien, pero Mumbrú no cree que haya que hacer “inventos” para tratar de sorprender. “Todo el mundo tiene que saber a qué jugamos y hacer aquello que hacemos bien. Si alguien pretende hacer algo que no toca, no va a ser bueno para el equipo. La presión se quita haciendo las cosas que sabes hacer bien”, reflexiona el técnico del Bilbao Basket, que confía también en la respuesta coral de los suyos ya que “hemos llegado a un momento en el que todo el mundo se siente importante y hemos alcanzado mucha madurez. Tenemos nuestra reglas muy bien atadas y ahora es el momento de demostrarlo”.

No hay lugar para los reconocimientos individuales ni para hacer valoraciones “hasta que acabe la temporada”. “No tengo nada que demostrar. Hay que dejar que los jugadores jueguen y mi labor es tratar de ponérselo fácil”, asegura Mumbrú a las puertas de su primera experiencia de este tipo como entrenador, que puede desembocar en algo mucho mejor: “De la Final Four no quiero ni hablar”. Porque no se puede dar los últimos pasos sin haber dado los primeros.