Bilbao - El Bilbao Basket consiguió ayer salir vencedor del caótico duelo que albergó el Multiusos de Cáceres y mantiene su pulso con el enrachado Oviedo en la lucha por la segunda posición de la LEB Oro. En un duelo resuelto tras una prórroga y repleto de dientes de sierra muy pronunciados, los hombres de negro llevaron a cabo un auténtico ejercicio de supervivencia contra todo: contra sus problemas de constancia y sostenibilidad, contra sus pobres porcentajes (45% de dos, 19% en triples, 57% desde la línea de tiros libres) y contra un criterio arbitral que permitió muchos contactos en los momentos calientes, cuando los de Álex Mumbrú dominaban el luminoso y los anfitriones, con la soga clasificatoria al cuello, se lanzaron a la desesperada en un par de intentos de remontada que no estuvieron lejos de ver la luz. Los visitantes arrancaron muy mal (20-6 en cinco minutos), taponaron su vía de agua en el segundo cuarto, fallaron en su intento de fuga en el tercero y a tres minutos del final del tiempo reglamentario mandaban por nueve puntos (53-62) para pasar a recibir un duro 11-2. En la prórroga, su renta llegó a ser de 12 puntos a falta de 1:45, pero los locales llegaron a tener bola para volver a alargar el partido. Las únicas constantes en el juego de los hombres de negro fueron Javi Salgado y, sobre todo, un Ben Lammers de nuevo superlativo: 22 puntos y 15 rebotes en 31 minutos de juego.

Pese a que la contienda arrancó con una canasta de Kevin Larsen, el Bilbao Basket no tardó en pagar su déficit de energía y acierto con respecto al Cáceres. Los errores del ataque vizcaino se vieron contestados por el brutal acierto de los locales desde la línea de 6,75 y el 13-0 se convirtió en una realidad. A los de Mumbrú les tocaba remar en contra de la corriente con mucho que corregir, ya que los 18 puntos encajados en poco más de cuatro minutos no invitaban al optimismo. Los anfitriones llegaron a mandar por 20-6, pero la entrada en escena de Lammers dio más empaque a la retaguardia de los hombres de negro, que lograron taponar la vía de agua para cerrar el acto inaugural con un 22-13 que les mantenía en partido. El 5 de 16 en tiros de dos y los cuatro triples fallados en la hoja de servicios visitante recordaban a recientes partidos lejos de Miribilla. Ese nivel de desacierto necesitaba ser solucionado y el Bilbao Basket lo logró con Salgado a los mandos y con Iván Cruz y Lammers como brazos ejecutores. Así, la escuadra vizcaina recuperó la verticalidad con un 2-13 que Huff cortó con un triple, pero el 25-23 en el luminoso obligó a Roberto Blanco a parar el partido a cinco minutos del descanso. Los de Mumbrú consiguieron igualar la contienda (27-27) con su primer triple de la mañana, obra de Thomas Schreiner, pero los minutos de descanso para Lammers fueron aprovechados por el Cáceres para recuperar el control y llegar al ecuador con un 36-33 que dejaba todo abierto.

En la reanudación, cuatro puntos seguidos de Matulionis y dos canastas de Lammers y Brown (brutal mate el suyo) a pase de Salgado dispararon al Bilbao Basket hasta el 36-41 en dos minutos. Los visitantes llegaron a mandar por siete puntos (38-45) y amagaron con romper la contienda, pero un par de contraataques mal gestionados y el regreso de Demetrio y Larsen al partido sacaron a los de Mumbrú de su estado de gracia porque, además, Schreiner asumió demasiados triples que no convirtió. Con una configuración de equipo que no funcionó ni en ataque ni en defensa, los visitantes lanzaron por la borda el buen trabajo realizado en los primeros compases del tercer cuarto y el Cáceres pudo agarrarse a un partido que llegó a sus diez minutos finales con un inquietante 45-46. Los anfitriones amagaron con la rebelión con al acierto de Parejo desde la línea de 6,75, pero Schreiner sacó su vena más solidaria para surtir de balones al imperial Lammers en las cercanías del aro y el Bilbao Basket, con Demetrio mucho más activo, volvió a amagar con el demarraje. Los visitantes, con Brown desatado, llegaron a mandar por nueve puntos (53-62) a tres minutos del final, pero entre un par de malas decisiones en ataque y un criterio arbitral que dejó sin castigar todo tipo de contactos y golpes en aro cacereño fabricaron un final de tiempo reglamentario en el que los locales, con un tres más uno de Parejo y un triple de Rakocevic, empataron a 64 sin que Brown pudiera resolver con su última penetración a canasta.

El Bilbao Basket no acusó el golpe y con un inicio arrollador de Lammers y Brown, que anotó ocho puntos seguidos, enlazó un parcial de 12-0 para colocar el 64-76 a 1:45 del final. ¿Asunto resuelto? Para nada. Triple de Parejo, antideportiva sobre Cruz de la que los visitantes no sacaron nada, tres tiros libres para Huff, falta en ataque de Brown, triple de Huff en una jugada en la que los locales llegaron a lanzar tres triples, pérdida de Salgado, pasos de Parejo, falta en ataque de Matulionis sin balón en juego... Y todo ello con contactos, golpes y agarrones por doquier que los árbitros dejaron sin sancionar. Con 73-76 y cuatro segundos por jugarse, el Bilbao Basket envió a Parejo a la línea d