ALUDÍA Álex Mumbrú el viernes a la necesidad de encontrar continuidad y regularidad, en jugar bien durante más tiempo. Ese parece un problema sin solución, al menos el técnico no la ha encontrado todavía, en este Bilbao Basket que en sus tres últimos partidos ha alternado lo peor y lo mejor de la temporada. El partido en Valladolid fue malísimo, el de casa ante el Real Betis fue maravilloso y el de ayer en Palma no hubo por dónde cogerlo, hasta el punto de que el equipo bilbaino lo cerró con la peor anotación de toda su historia, que ya va camino de los 20 años. Ni siquiera vale poner por delante el trabajo defensivo porque en el minuto 8 los baleares habían anotado ya veinte puntos, casi la mitad de los que logró el Bilbao Basket en todo el partido. De nuevo, una mala salida cuando no tocaba.

El ataque de los hombres de negro fue un desastre y todo nació otra vez de un porcentaje de triples impropio del segundo clasificado de cualquier competición con alguna aspiración y ahí no hay presupuestos que valgan. El Iberojet Palma, como tantos otros, decidió cerrar su zona, porque tiene gente muy física para ello, y se encontró con que el Bilbao Basket firmó su peor porcentaje de la temporada, que ya es decir, igualado con el del partido en Miribilla ante el Huesca. Esto parece otro problema sin solución porque aquello fue la cuarta jornada y ayer se jugó la vigésimo quinta y entre medias, el conjunto de Mumbrú ha sido incapaz de enlazar dos o tres partidos con un acierto siquiera por encima del 30%. Alguna explicación habrá para que ningún jugador haya logrado coger una racha buena.

Esto volvió a convertir el ataque bilbaino en inofensivo, con solo ocho tiros libres conquistados en todo el partido, tedioso y previsible. Los tiros con tiempo y distancia suficientes no entraron y el balón interior tampoco fue una opción ante pívots muy grandes y en una zona colapsada. Algunas jugadas acabaron en acciones de uno contra uno sin espacios, tomadas un poco a la desesperada, y la cosa fue empeorando con el paso de los minutos. Al final, el equipo pareció incluso desmotivado, sin convicción en nada de lo que estaba haciendo, y ni siquiera supo jugar por defender el average en los últimos cinco minutos, en los que no metió ni un punto.

Porque ese asunto tenía su miga. El Palma es el tercer rival directo que le gana el diferencial de puntos al Bilbao Basket después del Oviedo y el Valladolid. El conjunto vizcaino es ahora cuarto y tiene a los mallorquines, que están fuera de la zona de play-off, a dos triunfos de distancia, que será solo uno si el Palma logra vencer el miércoles en el duelo que tiene que reanudar ante el Castelló. El Bilbao Basket cae por debajo de la tercera plaza tras once jornadas y lo hace, precisamente, cuando toca apretar para llegar en buena colocación a las eliminatorias por el título. A los hombres de negro ya les ha adelantado el Melilla, que lleva siete victorias consecutivas, y están empatados con el Oviedo, que acumula tres, el Ourense, con otras tantas victorias seguidas, y el Palencia, que no ha perdido desde que cambió de técnico hace cinco jornadas. Ya no hay nada que defender, ahora hay que recuperar lo perdido con ambición, pero si no resuelven los problemas será imposible.