Gasteiz - El Lointek Gernika Bizkaia no deja de competir y de superar todas las barreras en una temporada que ya puede pasar a la historia. Ayer en Gasteiz dejó un huella más en su progresión al lograr el pase a la segunda semifinal de Copa de su historia. Fue a costa de IDK Gipuzkoa en un derbi que tuvo mucho miga hasta el último cuarto, en el que las gernikarras sacaron ese plus de energía y de oficio que les ha dado este curso tan estresante como satisfactorio. Era un día para responder y el Gernika lo hizo en un partido en el que Courtney Williams tuvo una actuación colosal, pero en el que dentro del trabajo colectivo también hay que destacar a la capitana Naiara Díez, que ejerció de tal, esperó pacientemente en el banquillo y cuando salió en un momento complicado anotó dos triples que fueron aire, y también a Marta Alberdi, la jugadora de la cantera que trabaja cada día en pos de sus compañeras sabiendo que no va a jugar, pero ayer lo hizo y se reservó el último punto del partido.

Había expectación por empezar a desentrañar un partido que se preveía igualado y así lo fue durante muchos minutos. Mario López no escondió nada y puso a Courtney Williams de titular. La recién llegada asumió mucho protagonismo desde el inicio, aunque la primera escapada en el marcador la propició Margaret Roundtree con dos triples. El acierto del Lointek Gernika desde la larga distancia provocó una ventaja de diez puntos (25-15) que contradecía los análisis previos que hablaban de un partido cerrado. Pero las defensas eran bastante permisivas, tanto que el Lointek Gernika se olvidó de que no tenía ninguna falta y recibió un parcial de 0-6 antes de acabar el primer cuarto sin gastar esas cuatro personales que permite el reglamento antes de ceder tiros libres.

Las jugadoras de Mario López cuidaban el balón con esmero, solo cinco pérdidas en todo el partido, y su defensa empezó a provocar fallos en los tiros de las donostiarras. Sin embargo, el rebote se convirtió en una asignatura pendiente, lo que permitió al IDK Gipuzkoa mantenerse en el partido. Nueve capturas de las donostiarras en el aro vizcaino eran demasiadas porque impedían correr como le gusta al Gernika. En todo caso, el ritmo anotador de las vizcainas era exigente, pero el equipo de Azu Muguruza, que juega de memoria, podía mantenerlo porque en la primera parte tiró más veces.

Complicaciones Tras el descanso, la pugna entró en un terreno más farragoso. Oumoul Sarr había sido un problema jugando de cara y el Gernika zoneaba para evitar que llegara al aro. Aún así, la senegalesa llegó al tercer cuarto con 21 puntos. En el otro lado, el Gernika sufría en los ataques largos ante la defensa bien armada del IDK Gipuzkoa. Se llegó a un 54-52 a cuatro minutos del final y Mario López tuvo que pedir un tiempo muerto. A partir de ahí el partido fue otro. Díez salió del banquillo y en el primer balón que tocó metió un triple y luego forzó una pérdida.

Contra el atasco, la solución fue Williams, que rompió los sistemas con brillantes acciones individuales. Cada una de ellas era un golpe a la moral de las guipuzcoanas, que no tenían antídoto contra eso. Con ocho puntos de ventaja, el partido aún no estaba cerrado, pese a que el Lointek Gernika solo estuvo por detrás en el marcador en el 0-2 y el 2-4. Cuando algunas jugadoras empezaron a pedir oxígeno, las gernikarras sacaron un extra de su depósito, Rachael Banham se encargó de conducir los ataques como base y la defensa colectiva secó primero a Sarr, luego a Weaver y, tras ella, a todo el IDK Gipuzkoa. Seis minutos estuvo sin anotar el equipo guipuzcoano, algo que en partidos de este tipo es un mundo y una sentencia de derrota, sobre todo cuando la suma de pérdidas de balón es de ocho en el último cuarto.

Cuando Lyndra Weaver sumó la primera canasta de su equipo en ese parcial, el marcador señalaba un 74-58 en unos minutos en los que Williams jugaba sin cadena y sus compañeras tenían claro que a ella había que darle el balón. Un triple de Valeria Berezhynska logró por fin lanzar al IDK Gipuzkoa por la borda con la máxima diferencia (79-60), aunque Weaver apareció para maquillar sus números en vano, y poner proa hacia la segunda semifinal copera de la historia del Lointek Gernika Bizkaia en medio de la fiesta de un público que alucinó con la actuación de la última jugadora en llegar y que festejó como merecía ese puntito de aquella a la que llevan viendo desde txiki. Hoy será otro día, una nueva cita con el Perfumerías Avenida, como hace dos años en Girona. Las salmantinas son una montaña muy grande, pero en Gernika se creen capaces de cualquier cosa y no será por no empujar.