Jon Rahm vuelve esta semana al lugar que el año pasado tuvo que abandonar cabizbajo y casi entre lágrimas cuando el covid le privó de repetir victoria en The Memorial Tournament, una cita emblemática en el PGA Tour porque se disputa en Muirfield Village, el campo que diseñó en su ciudad natal Jack Nicklaus, que ejerce de anfitrión, de vigía y que entrega el trofeo al vencedor. El golfista de Barrika pudo sentir ese honor en 2020, en plena pandemia, pero el año pasado un inesperado positivo al final de la tercera jornada le obligó a abandonar cuando era el líder con seis golpes de ventaja y no pudo emular a Tiger Woods, que había ganado el torneo en 2000 y 2001. El triunfo al final fue para Patrick Cantlay, en un play-off ante Collin Morikawa. "Seguramente, ha sido la situación más rara de mi carrera y espero que no se vuelva a repetir nada parecido. Si me preguntáis a mí, diría que voy a por mi victoria dos y media en The Memorial", comenta Rahm en su blog de la Federación Vasca.

En su primera incursión en Muirfield Village en 2017, no pasó el corte y le cogió cierta tirria al campo, según él mismo ha confesado, pero la insistencia le ha llevado a entender que su juego puede brillar en el recorrido de Nicklaus, como ha quedado demostrado en los dos últimos años. De todas formas, no quiere afrontar esta semana en Dublin (Ohio) "con la sensación de que el torneo me debe algo. No sería una buena manera de afrontarlo y tengo que evitarlo porque el campo es complicado y hay que jugar bien para merecerse la victoria". Jon Rahm supo procesar aquel episodio tan doloroso. "Me sentí loco durante unos diez minutos porque nunca me he retirado de un torneo y algo que odio hacer. Pero enseguida llamé a Kelley (su mujer) para ver que todo estaba bien en casa y luego me tomé unos batidos con Adam (su caddie) y nos reímos porque la situación era un poco absurda", recuerda. Dos semanas después se impuso en el US Open, una secuencia que quiere repetir este año.

El vizcaino parte entre los favoritos de nuevo en la guarida del Oso Dorado, pese al discreto papel que tuvo en el PGA Championship de Oklahoma. La victoria en el México Open le ha liberado de presión, lo mismo que abandonar de momento la lucha por el número 1 del mundo, que lidera Scottie Scheffler con mucha ventaja. Sus resultados en los majors no hayan estado a la altura de lo esperado y hacer una buena defensa del US Open en Brooklyne pasa por coger confianza en The Memorial y seguir afinando en aquellos segmentos del juego que marcan la diferencia.

una participación brillante

Jon Rahm ha sido emparejado los dos primeros días con Bryson DeChambeau, ganador en 2018 y de vuelta tras una lesión en la muñeca que le ha tenido tres meses de baja, y Shane Lowry. El torneo, que es por invitación y tiene un elenco de solo 120 jugadores, tiene una participación importante ya que están siete de los diez primeros del mundo. Solo faltan Scheffler, Sam Burns y Justin Thomas, recientes ganadores en el circuito, aunque también compiten otros nombres destacados del Top 20 como Wiil Zalatoris, Xander Schauffele, Hideki Matsuyama, Matt Fitzpatrick, Billy Horschel o Joaquín Niemann. l