Faltan tres días y la expectación es máxima para la final navarra del Manomanista entre Joseba Ezkurdia y Unai Laso. Ayer se pudo comprobar en la elección de material a la que acudieron más de 150 personas que dieron color a las gradas del frontón del Navarra Arena y más de diez medios de comunicación.

El acto, de puertas abiertas, estaba convocado a las 12.00 horas. Diez minutos antes, los alrededores del bar El Escondite del Arena -que ha organizado un zikiro con mariachis el domingo- estaban plagados de gente. Una vez se abrieron las puertas, todos entraron para sorpresa de un Joseba Ezkurdia que estaba terminando su entrenamiento, con el guipuzcoano Julen Egiguren y sus preparadores Carlos Chocharro y Rubén Ayarra, este último su botillero.

El de Arbizu tuvo que ir a cambiarse al vestuario, momento en el que salía de ahí Unai Laso -que entrenó el martes con el ahora técnico de Baiko Aimar Olaizola y su botillero Jon Mariezkurrena y hará una última prueba mañana-, ya de blanco. Los aficionados se repartieron por unas gradas -con capacidad para 3.000 espectadores- que se terminaron de montar el martes, ocupando un espacio que el pasado domingo estaba plagado de tapices de entrenamiento para la Copa del Mundo de gimnasia rítmica. La versatilidad de la instalación se certifica en detalles como que en la pared izquierda del frontón, a la altura del cinco y medio seis, haya pegadas tres tiras de confeti de algún concierto anterior.

El sonido de la pelota impone. El escenario impresiona. Tanto Laso como Ezkurdia miraban a la grada sorprendidos por la alta asistencia a la elección de material, como luego confirmaron en la rueda de prensa. Una conferencia que tuvo lugar en la misma sala en la que el pasado 26 de noviembre se firmó el acuerdo por el que el recinto pamplonés, y por ende Nafarroa por primera vez, acogería la final del Manomanista 2022.

Se esperaba que la expectación iba a ser máxima ya cuando se hizo oficial el anuncio, pero la presencia de dos navarros como Ezkurdia y Laso lo ha aumentado todo. El de Arbizu disputa su quinta final profesional, mientras que será la tercera, seguida, para el de Bizkarreta-Gerendiain. Ambos aseguraron ayer que en ninguna de las anteriores habían notado que se generara tanta expectación.

Ayer fueron más de 150 personas. El domingo serán 3.000 las que abarroten el Arena en un día histórico. La 46ª txapela navarra en el Manomanista, en la 31ª final entre dos pelotaris de la Comunidad foral, por fin se celebrará en un frontón navarro.