Jon Rahm inició su concurso en el Genesis Invitational con una tarjera de dos golpes bajo par que fue consecuencia del mismo problema que le afectó en el Phoenix Open la semana pasada. Su juego de tee a green fue brillante, pero el putt no le funcionó al nivel deseado y volvió a dejarse muchos golpes en el Riviera Country Club en el partido que compartió con Jordan Spieth y Scottie Scheffler, que para colmo cerraron el turno matinal en el recorrido de Pacific Palisades igualados en el liderato con cinco bajo par.
El de Barrika se dejó más de tres golpes en los greenes respecto a la media del campo cuando la jornada no había concluído. Acabó con cuatro birdies y dos bogeys, uno de ellos después de hacer tres putts. La receta era clara, aunque no tan sencilla de ejecutar. Había que dejarse la bola muy cerca del hoyo porque Rahm no pudo meter ningún putt más largo de metro y medio en toda la jornada, lo que le llevó a mostrar cierta desesperación porque esa falta de tino que le está acompañando en sus últimos recorridos. Los tres pares 5 los saldó al par y eso también es un factor a corregir para aspirar a la victoria el domingo.
Después del birdie en el 15 cayó el bogey en el 17 después de enviar la bola desde el rough al bunker. Luego llegó otra serie de birdie en el 1 y bogey en el 3 hasta que el tramo final reconcilió a Jon Rahm con su juego. Dos hierros de manual, en el 7 rozando el eagle, le procuraron dos birdies consecutivos que celebró brazos en alto al sentir que la mala fortuna no podía ser eterna y así pudo marcharse a la casa club con la sensación de que no le falta mucho para enganchar esa tarjeta redonda que anda buscando. Aunque en realidad le falta lo más importante, el remate. En todo caso, son ya 34 rondas consecutivas por debajo del par.
En este torneo Rahm defiende directamente el número 1 del mundo ante Collin Morikawa y Patrick Cantlay. El primero de ellos cerró ayer jueves con cuatro bajo par en un campo que conoce muy bien porque está cerca de su casa. Precisamente, los dos primeros del mundo son algunos de los que se han manifestado en contra del proyecto de la Saudi League que sigue siendo la comidilla en el circuito. Justin Thomas, Rory McIlroy o el propio Tiger Woods, que se deja ver en Riviera en plena recuperación, también se han sumado a esas voces mientras los árabes buscan adeptos fuera de las grandes estrellas del momento.
comprometido con el pga tour
El barrikoztarra, un jugador con el que hay que contar en este asunto por razones obvias, fue muy claro cuando se pidió su opinión en las vísperas del Genesis Invitational: "Esta es mi manifestación oficial, la primera y única vez que voy a hablar sobre esto y oficialmente declaro mi lealtad al PGA Tour. Se ha hablado mucho y especulado sobre la Saudi League y simplemente no creo que sea lo mejor para mí y mi futuro en el golf. No juego al golf por dinero, que para mí sería el único atractivo para jugar en esa competición. Ellos te lanzan cifras para impresionar a la gente. Pero estoy en este deporte porque amo el golf y este deporte y quiero convertirme en un campeón".