ROMÁN Maldonado (Venado Tuerto, Argentina; 1999) tuvo desde pequeño un sueño que sorprendía a sus amigos y familiares. Se levantaba de la cama y veía por Canal Vasco de la televisión de su país los partidos de pelota. Disfrutaba de la mano, pero la pala fue lo que le enamoró. Su objetivo era pasar de espectador a protagonista y se empeñó en ello. Fue disputando y triunfando en diferentes modalidades, luego cruzó el Atlántico para dar un paso más y finalmente llegó la oportunidad de formar parte del cuadro de Innpala. El palista argentino hizo realidad su primer sueño y ahora no se pone límites. Su estreno como profesional llegó ayer en el Individual y consiguió avanzar de ronda tras derrotar a Beñat Ibarguren. Sabe que es solo el primer paso y que todavía tiene mucho por mejorar, pero ha comprobado que el esfuerzo trae consigo el premio y su ambición hace que no renuncie a nada.

El partido de ayer fue el primero de Maldonado en el campo profesional, pero no era su primer compromiso lleno de exigencia. A pesar de tener solo 21 años, el palista de Venado Tuerto está acostumbrado a subir escalones y a hacerlo a toda velocidad. El sueño nació muy pronto y no paró de trabajar hasta conseguirlo. “De chiquito insistía siempre en que quería hacerlo y me preparé toda la vida para ello. Si trabajas y te esfuerzas, al final los sueños se cumplen”, comenta. Su camino ha sido un continuo ascenso. Quemar etapas y probar diferentes modalidades para llegar a la meta del debut profesional. “Para llegar a esto, el trabajo que hay que hacer es muy duro. Hay que ir preparándose y creo que llego bien preparado para esta experiencia. A pesar de ser joven ya tuve bastantes rodeos”, afirma. Maldonado ya sabe lo que es tener partidos llenos de tensión e incluso hacer historia para su país, siendo el primer argentino en ganar el Campeonato del Mundo y enfrentándose en la final a España.

Maldonado debutó ayer como profesional, pero ya lleva tiempo practicando con la herramienta y adaptándose a ella. Un proceso de mucho trabajo y que en los primeros días parecía complicadísimo de llevar a cabo. “Lo que más me cuesta es el peso de la pala. Soy bastante corpulento, pero hay que preparar bien los músculos porque cuando se golpea mal se sufre mucho. Además para jugar contra estos animales hay que estar muy fino. Tengo que meterle más horas que los demás porque tengo la desventaja de tener menos horas de frontón”, explica y todavía recuerda cómo fue su primer entrenamiento: “Fue una locura. Entrené con Pablo Fusto. Me jugó de zurda y me ganó. No había tocado nunca la pala y fue dificilísimo”.

En poco tiempo el progreso fue brutal y el propio Maldonado lo comprobó en la cancha: “Empecé perdiendo contra Pablo que me jugó de zurda y el otro día gané a Esteban en un entrenamiento. Sé que los partidos serán diferentes, pero antes no ganaba a nadie”. No solo el trabajo ha sido clave en esta progresión, también el resto de la plantilla de Innpala le ha ayudado: “Son todos muy buenos chicos. Me encanta entrenar con ellos. Hay rivalidad porque todos queremos ganar, pero tienen algo especial y siempre tratan de enseñarte”.

Debut exitoso

El primer partido del argentino como profesional no pudo tener mejor final. Maldonado venció por tres jokos a uno a Ibarguren. El de Venado Tuerto aprovechó a la perfección sus oportunidades para contrarrestar la mayor pegada de su rival. Esta victoria le permite enfrentarse en la siguiente ronda a Gaubeka. “Cumpliré otro sueño jugando contra Esteban. Pablo, al ser argentino me arropó desde el primer día y es como de la familia. Luego conocí a Esteban, que lo veía en la cancha muy serio y aguerrido, y luego en persona es excelente”. Otro reto más para este palista que no quiere dejar de soñar en grande.

Asimismo, en el otro encuentro del Individual celebrado ayer, Asier del Río superó claramente a Valentin Cambos y se enfrentará en la siguiente ronda a Ibai Pérez.

“Me preparé toda la vida para ello. Si trabajas y te esfuerzas, los sueños se cumplen”

Delantero de Innpala