Habrá partido esta noche en el Pabellón Fuente de San Luis salvo giro radical de los acontecimientos -desde la aparición en escena del covid-19 ya nada puede darse por seguro 100%-. Después de que el viernes el Bilbao Basket anunciara la aparición de dos casos positivos entre los componentes de su primera plantilla tras las pruebas PCR realizadas la víspera, los nuevos test de respaldo a los que fueron sometidos los hombres de negro no detectaron ningún positivo más, por lo que atendiendo al protocolo por el que se rige la Liga Endesa -“se determinará la existencia de un brote dentro de un club cuando se detecten tres o más casos positivos con infección activa”- el conjunto vizcaino viajó ayer a Valencia para rendir visita al conjunto de Jaume Ponsarnau. De hecho, uno de los dos casos positivos detectados el jueves ha dado negativo tanto en las dos pruebas posteriores como en el nuevo análisis al que fue sometida la muestra original, por lo que podría unirse a la expedición en Valencia.No son, desde luego, las mejores circunstancias para afrontar una cita tan complicada como decisiva. El conjunto vizcaino no podrá contar con uno o dos jugadores -desde el club no se ha desvelado la identidad de los afectados- ante un rival armado hasta los dientes y que una vez vio finalizada su singladura del presente curso en la Euroliga al quedarse fuera del play-off solo le queda centrarse en la Liga Endesa y lanzarse a la casi imposible caza y captura de la cuarta posición para tener a favor el factor cancha en la primera ronda de las eliminatorias por el título, para lo que necesita alcanzar o rozar el pleno de victorias pues presenta un balance de 19-11, el mismo que el Hereda San Pablo Burgos, y el Baskonia ocupa esa preciada posición con un 22-9. Así las cosas, los hombres de negro se encontrarán hoy un Valencia Basket que no puede regalar nada y con su amplio fondo de armario en perfecto estado de revista a falta de saber si realizará cambios en su convocatoria para incluir en ella a Bojan Dubljevic.

Por su parte, el Bilbao Basket vive de susto en susto en un curso en el que todos los elementos parecen haberse aliado en su contra. A falta de conocer el estado del tobillo izquierdo de Jaylon Brown, dañado en el último partido, y con Ioannis Athinaiou, fichado para sustituir a Jonathan Rousselle, el último de una larguísima lista de lesionados a lo largo del ejercicio, con algunos entrenamientos más, el conjunto de Álex Mumbrú ha repetido guion en sus dos últimos compromisos en las también exigentes canchas de Unicaja y Lenovo Tenerife. A los hombres de negro no les ha faltado voluntad. Han competido de tú a tú con ambos rivales durante más de dos cuartos, pero siempre llega una desconexión, un cortocircuito abrupto que el rival de turno aprovecha para poner pies en polvorosa. No hay ni que decir que repetir esa dinámica hoy sería letal.

Porque el Valencia Basket, pese a su reciente racha liguera de cinco derrotas en seis encuentros, es un equipo muy bien armado en absolutamente todas las posiciones que está destacando en lo referente a la eficacia al buscar el aro rival: primero en porcentaje de lanzamientos de dos puntos (57,7%), segundo en tiros libres (81,6%) y tercero en triples (40,2%). Esto supone un examen muy exigente para la renqueante defensa bilbaina, a la que le cuesta frenar a sus rivales en el uno contra uno y evitar la proliferación de autopistas hacia su aro. El 73-106 de la primera vuelta en Miribilla fue un ejemplo de esta realidad. Al Bilbao Basket no le queda otra que tratar de embarullar el partido, sacar de su ritmo al rival, tratar de hacer valer a Ondrej Balvin en las distancias cortas y soñar con tener un día acertado desde la distancia de tres puntos.

En cuanto a los rivales directos del conjunto vizcaino en su lucha por la permanencia, el Acunsa GBC seguirá una semana más como colista al perder en casa contra el UCAM Murcia (78-88), mientras que el Estudiantes sigue con nueve victorias, dos más que los hombres de negro, al hincar la rodilla en su visita al Manresa (102-101).