La carrera de Jon Mariezkurrena (Berriozar, 1999) está llena de contrastes. Del éxito prematuro al despido por parte de Baiko. Meses llenos de incertidumbre antes de ser fichado por Aspe y entrar directamente en el Parejas. Ahora, en el campeonato, el zaguero navarro no ha pagado la inactividad profesional y hoy vuelve a vivir otra vez la cara bonita de la pelota al tener un reto lleno de ilusión en busca de un billete para las semifinales.

¿Cómo se encuentra ante este decisivo partido?

—Por ahora es el más importante del año. Llego con muchas ganas y creo que nos pilla en un buen momento. Hemos estado peor que ahora porque cogimos un pequeño bache malo, pero el último partido ya lo ganamos. Nos hemos desquitado de esa racha. Aunque el partido va a ser muy complicado porque la otra pareja va de menos a más y juega muchísimo.

Vuelve a reencontrarse con un ‘play-off’.

—Hace dos años, cuando debuté, me quedé por un tanto fuera. Me recuerda mucho a ese partido, pero al mismo tiempo es diferente. Hemos hecho muy buen campeonato, siempre en los dos primeros puestos hasta las últimas jornadas y sería una pena quedarse fuera de las semifinales. Pero las cosas son como son, el campeonato está montado así y no hay ninguna excusa, es para todos igual.

¿Qué tal se ha sentido en el transcurso del Parejas?

—Ha sido un campeonato que ha tenido un poco de todo. Empecé sin ninguna presión, muy suelto y me veía muy bien. Con ayuda de Jokin todo es mucho más fácil. Cuando domino el tanto, él termina muy fácil y eso da mucha seguridad para jugar. Luego, a mediados del campeonato se me tocó la mano en un partido. Lo veía un poco negro, pero le di la vuelta bastante rápido para lo que suelo ser yo con las manos y en ese sentido estoy contento.

El parón vivido parece que hasta le ha beneficiado en el aspecto deportivo, se le un pelotari más hecho.

—Estas cosas bien no vienen a nadie pero son experiencias que o te vienes abajo o te haces más fuerte. Lo tomé como una minipretemporada para estar a tope y llegué en las condiciones que quería deportivamente. Es una situación que me ha tocado vivir muy joven porque con 21 años, que prácticamente te echen a la calle, no es plato de buen gusto. Lo supe llevar bastante bien y me sirvió para volver más fuerte. Ahora espero que de aquí ya vaya todo hacia arriba.

¿Cómo llevó esos meses de incertidumbre?

—Esas semanas fueron para mí y para los de mi alrededor muy duras. Aparte del ámbito de la pelota, estábamos viviendo una situación mundial muy mala. Los ánimos no eran los mejores como para encima tener esta situación que empeoraba aún más las cosas en casa. Tuve muchísimo apoyo tanto de los familiares como de los compañeros de pelota. Me ayudaron muchísimo y por eso estoy muy contento.

¿Qué sintió cuando vio que figuras contrastadas de la pelota, como por ejemplo Oinatz Bengoetxea, le daban su apoyo de esa manera?

—Oinatz ha sido uno de los que me ha dado mucho apoyo. Con los años que tiene y su experiencia es de los que más consejos puede dar, aunque también he recibido apoyo de todos. Me decían que siguiera, que disfrutase y que mi sitio era en profesionales. Lo que hice fue intentar demostrar ese nivel que tenía en los meses que estuve en aficionados y creo que me lo tomé muy en serio. Seguí entrenando tanto como antes e incluso más y cuando me llamó Aspe fue un subidón.

Directo al Parejas.

—Lo del Parejas no me lo esperaba. Los huelguistas firmaron para que volviéramos antes de julio, pero de ahí a que se adelantara siete meses no me lo esperaba. Una cosa es volver y otra es hacerlo directamente en el Parejas. Me sorprendió pasar de no estar tres meses fuera del profesionalismo y no haber jugado el Masters ni nada, a que de repente me metieran en el Parejas. En el momento me entró un poco de respeto, pero entrenando un poco con ellos y con la confianza que he tenido siempre en mí mismo, me vi capaz de afrontar la situación y ha salido bien.

Esta semana se vivió el último capítulo de esta polémica con la retirada de la denuncia de Imaz y el escrito presentado por el colectivo de huelguistas.

—Son cosas que han pasado y ya se han zanjado. Era importante dejar de lado todo el tema ya. Al final se estaba hablando demasiado de lo extradeportivo. Este tema ha hecho mucho daño a la pelota en general y ha sido lo mejor que hemos podido hacer. Esperemos que nos centremos todos en lo que es verdaderamente importante.

¿Y ahora cómo se presenta su futuro en la pelota?

—Siempre se ve lo que más cerca está y lógicamente lo primero que veo es el poder llegar a las semifinales. Luego, me encantaría firmar un contrato largo, de tres, cuatro años o los que sean. Ir formando poco a poco mi futuro y espero estar muchos años en profesiones, que ese es mi sueño.

¿Lo vivido le hace valorar más la estabilidad?

—Sigo siendo joven, pero ya valoro mucho más las cosas. Me he visto en diferentes situaciones, en situaciones muy difíciles y busco una estabilidad. Estar centrado en un sitio, saber que confían en mí y devolver esa confianza estando a tope.

“Una cosa es volver y otra es hacerlo directamente en el Parejas. Me sorprendió y en el momento me entró un poco de respeto”

“Me he visto en diferentes situaciones, en situaciones muy difíciles y busco una estabilidad, estar centrado en un sitio”