OS Juegos Olímpicos son el sueño de muchos deportistas. Son el gran evento del deporte, donde se reúnen todas las estrellas. En el mundo del fútbol el privilegio de participar en unos Juegos aumenta considerablemente. Las limitaciones de edad y el hecho de que se disputen solo cada cuatro años hace que muchos futbolistas ni siquiera puedan plantearse acudir a ellos. Participar es un lujo y ganar una medalla, un grandísimo honor. Hace justo veinte años, Dani Aranzubia y Jesús Mari Lacruz formaron parte de la selección de España que se colgó la plata en Sidney. En ese momento lo vivieron más con una sensación de tristeza, sintiendo que el oro se les había escapado. Fueron los años y la experiencia los que les hicieron dar valor a lo conseguido en un torneo en el que se reunieron futuros campeones del Mundo y de Europa.
España realizó un gran torneo y se encontró en la final con Camerún, una selección en la que destacaban Samuel Eto'o, Geremi o Lauren, entre otros. El combinado entonces entrenado por Iñaki Sáez se adelantó por 2-0, pero varios contratiempos provocaron el empate de los cameruneses, que terminaron venciendo en los penaltis. "Nos marcamos un gol en propia puerta, tuvimos dos expulsiones... Enfrente teníamos a una gente que en ese momento era sub'23, pero al día siguiente compitió la selección absoluta y fueron todos directamente porque eran un gran equipo", recuerda Lacruz. Esa derrota dejó a España con la medalla de plata, un gran premio pero que en esos instantes supo a muy poco. "Fue un bajón. No éramos conscientes de que estábamos ganando la medalla de plata. Únicamente pensábamos que habíamos perdido el oro olímpico", añade Aranzubia.
Fue el tiempo el que empequeñeció el dolor de la derrota y dio valor a la conquista de la plata olímpica. "Le he dado mucho más valor con el paso del tiempo y es un orgullo. No solo futbolistas, muy pocos deportistas en general tienen la oportunidad de tener ese galardón", cuenta Lacruz, quien a la hora de hacer un repaso a su trayectoria sitúa esa plata como uno de los grandes momentos vividos: "Durante mi carrera tuve varias situaciones que me marcaron y fueron importantes, esa experiencia de los Juegos Olímpicos fue una de ellas y la recuerdo con mucho cariño".
Tanto Lacruz como Aranzubia tuvieron un especial protagonismo en el torneo olímpico. Fueron habituales en las alineaciones y el defensa llegó a marcar un gol. "Fue un empujón de rebote, pero como disfruté de muchos minutos tuve la suerte de marcar un gol", cuenta. Esta experiencia fue una gran lección para los dos futbolistas y les permitió fajarse ante grandes estrellas internacionales a una edad muy temprana. "Eran partidos de nivel internacional y todavía ni había jugado en Primera División. Recuerdo que ascendí al primer equipo ese año y tanto a nivel futbolístico como personal los Juegos fueron una gran experiencia para mí", reconoce Aranzubia.
Fue un torneo en el que Camerún y España destacaron por encima del resto, pero en el que también hubo jugadores ilustres como Ronaldinho, Donovan, Nesta, Pizarro, Suazo, Pirlo o el exrealista Lee Chun-soo, entre otros. "Recuerdo que en uno de los primeros partidos contra Chile estaba Zamorano, que lo recordaba de ser un grandísimo delantero cuando era niño. Luego, en Camerún estaban Eto'o y Kameni, que tenía 16 años y ya estaba ahí", declara Aranzubia. Los exrojiblancos no solo tuvieron a grandes rivales, también a compañeros de muchísimo nivel. "Había gente como José Mari, Tamudo, Capdevilla, Marchena€ gente que luego fue campeona del mundo o de Europa", comenta Lacruz, que recuerda en especial a un jugador: "Jugar al lado de Xavi Hernández fue un honor y un placer. Era una sensación de hacerte mejor a ti y ver cómo fluía por el campo. Parecía bailar con el balón y disfrutaba y nos hacía disfrutar a todos a la vez". Una hornada de grandes jugadores que se quedaron a un suspiro del oro olímpico pero que guardan con cariño un tesoro que muy pocos deportistas pueden tener.