- La Milla Internacional de Bilbao, las Herri Krosas de Galdakao y Ugao-Miraballes, el Cross Popular de Deusto y el de Sopela, el Basauriko Probak... La crisis sanitaria provocada por la pandemia ha obligado a cancelar y aplazar decenas de carreras populares en Bizkaia. Y es que el coronavirus llegó en enero, pero ha prosperado al calor de la primavera, la estación del atletismo. La temporada con más pruebas en el calendario de un sector en auge, que crecía cada temporada. Pero que en este momento no ve un futuro claro. Porque, aunque durante los últimos días diferentes competiciones deportivas comienzan a atisbar en el horizonte una posible reanudación, la realidad de las pruebas populares es bien distinta. Porque si de lo que se trata es evitar las aglomeraciones y respetar la distancia social, las competiciones que reúnen a miles de corredores están condenadas. De esta forma, las organizaciones viven en una constante incertidumbre mientras rezan para que la desescalada finalice en una completa vuelta a la normalidad.

Así, la Bilbao Night Marathon, la Milla Internacional de Berango o la Santurce a Bilbao, por poner algunos ejemplos, están a la espera. No saben si podrán celebrarse o no. Ni con qué condiciones. Ni en qué circunstancias. Ahora, todo es incertidumbre. Por eso, algunas organizaciones, como la de la Herri Krosa bilbaina continúan trabajando. Con preocupación e inquietud, pero siguiendo el plan de ruta que tantos éxitos les ha deparado en el pasado. "Nos estamos planteando trabajar intensamente como si nada pasara porque realmente no se sabe qué va a pasar en el futuro, qué normas se pueden establecer o qué nos vamos a encontrar... Puede que nos encontremos con algo que haga que nuestro trabajo no sirva para nada, pero de momento nos estamos enfrentando a la situación como si la Herri Krosa se fuera a realizar como siempre", explica Iñaki Oria, una de las caras visibles de la organización de la prueba patrocinada por DEIA.

Es decir, en esta carrera popular, que suele congregar a más de 7.000 ganadores cada tercer domingo de noviembre, no trabaja con un plan B. Ni con ninguna alternativa. Porque mucho se ha hablado de que se obligarán a realizar salidas escalonadas, a ensanchar las metas o a prohibir trotar a más de tres atletas juntos; pero de momento tan solo son rumores. Habladurías que Oria no ve factibles: "De momento hacer cualquier cálculo es algo aventurado, pero esas soluciones no me convencen nada porque proponer sobre el papel es fácil, ¿pero se pueden llegar a cumplir esas restricciones? Acabarían con el carácter popular de las pruebas donde la gente sale a correr y no está pendiente de si se junta con tres o llega a meta con alguien más".

Con todo, la organización de la Herri Krosa no habla de pasar del blanco al negro, de cancelar las pruebas populares para preservar su naturaleza; sino de mirar qué tonalidad de gris sería la más acertada, de poner algunos "límites o condicionantes" que, de momento, Oria desconoce: "No puedo adivinar de qué tipo serán porque, además, dependerán de las autoridades. Nadie se imagina cómo estaremos cuándo la desescalada acabe". Y es que el organizador de la carrera bilbaina reconoce que "lo ideal sería que según vayamos recuperando los diferentes aspectos de la vida, los cines, los teatros, los restaurantes... también recuperemos los acontecimientos deportivos"; y, por ello, continúa trabajando junto a su equipo para que la 33ª edición de la Herri Krosa sea, como las anteriores, todo un éxito. "Nuestro plan de trabajo es el mismo que cualquier otro año, con la novedad de que tenemos que estar atentos a las normas que vayan implantando y, en función de ellas, ir adaptándonos. Pero la Herri Krosa sigue el mismo plan de siempre, solo que acatará las decisiones. No queda otra".

"La única novedad es que tenemos que estar atentos a las normas que se implanten para adaptarnos a ellas"

"Algunas limitaciones serían difíciles de cumplir y acabarían con el carácter popular"

Organizador de la Herri Krosa