bilbao - Las seis primeras embarcaciones del K2-1.000 metros del Mundial de Szeged tenían plaza asegurada para los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero en la naturaleza de Iñigo Peña y de su compañero Paco Cubelos no existe el conformismo. Ni la resignación. Así que fueron a por todas. Quisieron el oro, pero la pareja alemana compuesta por Max Hoff y Jacob Schopf se mostraron intratables. Así que remaron por la plata. Y la consiguieron. De hecho, remaron tan bien, que incluso la victoria pareció factible durante el tramo final de la regata; cuando la embarcación germana estuvo más cerca que nunca. Pero a Peña y Cubelos se les hicieron cortos los 1.000 metros, la meta apareció cuando más tiempo recortaban y finalmente pararon su crono en 3:21.79. Se quedaron a 1,25 segundos del oro. A 1,25 segundos de ser campeones del mundo.

Con todo, la pareja de palistas se mostró muy contenta con la plata cosechada en Szeged, una medalla que supone repetir el mismo puesto que logró en el pasado Mundial de Montemor O´Velho y que mejora el bronce del Europeo de Belgrado del año pasado. Pero, sobre todo, ambos se mostraron contentos porque este segundo puesto certifica su presencia en los Juegos Olímpicos de Tokio, uno de los grandes objetivos de Peña para esta temporada.

“La regata ha sido bestial, la hemos clavado de principio a fin, hemos ido bien colocados en toda la regata y confiando en nuestra parte final. Ha salido todo bien. Llevamos dos Mundiales consecutivos siendo subcampeones del mundo, así que todo apunta muy bien. Por eso, en Tokio creemos que podemos ser una opción clarísima de medalla. Así que ahora nos toca seguir trabajando para ello, porque queda un año muy duro por delante”, comentó Peña al término de la regata final de ayer. - N. Marcos