EL oval les viene de familia. Crecidos en Urbieta bajo la atenta mirada de los formadores del Gernika Rugby Taldea, los primos Iker Olaeta (Gernika-Lumo, 1990) y Jokin Eskolar (Gernika-Lumo, 1998) serán los encargados de llevar la manija del juego de los basurdes mañana, a partir de las 12.00 horas, en el decisivo derbi ante el Hernani. Con una dura temporada a sus espaldas y tras haber cogido aire el pasado fin de semana con una victoria en La Vila (20-27), ambos medio melés llaman a “no bajar los brazos”. Los verdinegros son colistas, “pero hay vida hasta que las matemáticas digan lo contrario. Y no dejaremos de luchar por la permanencia”, inciden.

Pese a su juventud, especialmente personificada en un Eskolar que este año se ha asentado en el quince verdinegro tras debutar hace tres años, ambos hablan con franqueza. “La situación es la que es, desde luego”, señala el más joven, consciente de que seis puntos separan al Gernika del puesto que evita el descenso directo. “Está siendo difícil, los resultados no han salido hasta ahora, aunque en la última recta de la temporada trataremos de voltear la situación”, apunta Eskolar. Con más experiencia acumulada y algún año de dificultades a sus espaldas, como la temporada de hace tres años en la que los basurdes superaron en el play-off de descenso al CAU Valencia, Olaeta -que también es alineado en otros puestos- pone el foco en las dificultades de un año “duro”. “Muchos cambios, muchas bajas, partidos que se tuercen por pequeños detalles...”, sintetiza.

El cúmulo de infortunios acumulados por el Gernika Rugby Taldea es visto ahora con otros ojos. A los fichajes de invierno se suma el que el entrenador, Nicolás Martínez, ha dado con la tecla para conformar un bloque que, lejos de estar desahuciado, apunta hacia arriba. La victoria en La Vila, con remontada incluida, “ha sido un chute de oxígeno”, reconoce Eskolar. “Un subidón”, relata gráficamente. “De vernos muertos, pensando casi en qué pasará la próxima temporada, hemos pasado a tener las ilusiones renovadas”. A eso es, precisamente, a lo que el club se aferra.

El próximo escollo a superar tiene nombre: Hernani, a 9 puntos de unos forales que pueden meter a los guipuzcoanos en el lío del descenso. “Es otra final”, asevera Eskolar. Olaeta replica que será “un derbi en el que ellos también vendrán con el cuchillo entre los dientes. Sabemos que será un partido duro”, describe, para apuntar las claves para hacerse con los puntos: “Llevarnos el partido a nuestro terreno desde el principio, tener la pelota y jugar, y ponernos cuanto antes por delante en el marcador. Y hacer valer el positivismo de la jornada pasada, pero sin triunfalismos”.

Con cuatro de los seis partidos a jugar en casa hasta el final de la Liga Heineken -incluido el encuentro aplazado ante el Cisneros-, ambos llaman a la afición a llenar Urbieta mañana. “Cuando estás en el campo agradeces el apoyo. Urbieta empuja y mientras las matemáticas no digan lo contrario, seguimos luchando”. El club se ha puesto las pilas para facilitar la asistencia y la consigna es de sobra conocida. El Gernika Rugby “no baja los brazos”.