BASAURI. La gimnasia rítmica escolar se encuentra en un momento espectacular. La demanda crece cada día y los clubes muchas veces no dan abasto, ni los veteranos ni los nuevos. Que se lo digan al club Punteras de Basauri que lleva solo tres años en este mundillo y tiene lista de espera para entrar a pesar de que los espacios donde entrenan no son los más adecuados. Es lo que les ocurre a muchos clubes. Aunque les pongan obstáculos los esquivan y se crecen ante las adversidades. Punteras es uno de ellos.

Las gimnastas entrenan en los gimnasios de dos colegios basauritarras, Bizkotxalde y Soloarte, en este último casi todos los días pero las instalaciones no son adecuadas como explican las dos entrenadoras del club: “Cuando creamos el club preguntamos en un montón de sitios y solo nos cedieron el gimnasio del colegio Bizkotxalde. El problema es que es pequeño, tiene goteras y apenas tiene altura. Las amas nos echaron una mano y una recordó que el gimnasio del colegio Soloarte nos podía servir. Tenemos más espacio pero seguimos con columnas y con poca altura. Al menos tenemos calefacción y eso en invierno se agradece”.

La falta de altura es un gran problema a la hora de practicar gimnasia rítmica ya que en los lanzamientos de cualquiera de los aparatos no se puede tocar el techo y en el caso de Punteras, las gimnastas tienen que lanzar suave porque pega en el techo. Muchas veces, si no llueve o no hace mucho frío las gimnastas suelen salir al patio a entrenar. “Es muy difícil entrenar con los conjuntos porque al haber poco espacio cuando acuden a competir no saben dónde tienen que ponerse. Hay veces que salen con los aros o los pelotas a entrenar fuera y tenemos una gimnasta que hace cuerda que los fines de semana va con su aita a un espacio abierto para entrenar. La verdad es que tenemos mucho apoyo de los padres”, afirman las entrenadoras.

Precisamente, fueron los padres los que animaron a las entrenadoras a crear el club ya que ambas daban extraescolares en distintos centros pero sin competir. “Nos sacamos el título de entrenadoras y cuando impartíamos la extraescolares varios padres nos dijeron que si creábamos un club para competir apuntarían a las niñas y así fue. En nuestro primer año tuvimos 22 niñas y ahora rondamos las 40. Hay bastante demanda de gimnasia rítmica en Basauri. Nosotras hemos funcionado mucho por el boca a boca”, dicen las entrenadoras. Aunque la competición escolar todavía no ha empezado, desde Punteras se encuentran muy satisfechas con el rendimiento de las gimnastas y recuerdan los resultados que lograron el año pasado. “Nos tocó un margen muy duro y aún así una de nuestras infantiles llegó a la final. Hemos visto mucha mejoría en el poco tiempo que llevan compitiendo”, señalan las entrenadoras.

Uno de los anhelos del club basauritarra es poder acudir a un torneo y organizar un campus pues las niñas tienen ganas de demostrar las habilidades que han ido adquiriendo y competir a otro nivel. “No hemos podido ir todavía a un torneo. El año pasado nos invitaron al torneo de Getxo pero justo coincidió con una de las exhibiciones que hacemos. De todas formas, este año sí que vamos a ir. En cuanto al campus, ante la falta de instalaciones no podemos organizar ninguno pero ya lo tenemos en mente desde hace tiempo. Las niñas se apuntan al que organiza la federación vizcaina de gimnasia. Lo que sí que celebramos son dos exhibiciones a lo largo del año. Una es en navidades y la otra a final de curso. Preparamos unos ejercicios especiales y a veces, incluso, nos disfrazamos”, afirman.

A pesar de no poder montar un campus, el club de Basauri sí pudo hacer algo que entusiasmó a las niñas: una masterclass con la gimnasta Paula Gómez, miembro de la selección estatal. “Es amiga nuestra y estuvo muy cariñosa con las niñas. Ellas estuvieron encantadas y le pidieron que les firmaran los aparatos pero lo importante es que aprendieron muchísimo con ella”, aseguran.

También aprendieron acudiendo al Euskalgym, la gran cita de la gimnasia rítmica que este año se celebró en el BEC de Barakaldo con una gran asistencia. Las mejores gimnastas del panorama internacional sorprendieron a las asistentes mostrando toda su calidad. “Las niñas lo pasaron en grande y estuvieron con Almudena Cid pero conocen a más gimnastas. Tú les dices el nombre de una y, enseguida, buscan vídeos en YouTube para ver cómo actúan. Después te dicen que les encanta esa gimnasta”, concluyen las entrenadoras.

A pesar de los obstáculos, a pesar de las adversidades y del grupo de dulzainas que ensaya en el aula contigua y que les cambia el ritmo de las coreografías, el club Punteras sigue peleando por lograr su sueño de conseguir un recinto acorde a las necesidades de este deporte.