Arratzu - El Dakar es sinónimo de gloria en el mundo del motor. Es el sueño de todos los pilotos. La Meca para los vehículos. Es un lugar deseado al que acudir, pero al mismo tiempo conlleva mucho esfuerzo y sacrificio. Un trabajo físico y económico que ha acabado con la paciencia de Txomin Arana. El de Ereño ha perdido la motivación. No ha querido vivir otro año igual, en una pelea constante por buscar ingresos y entrenar a tope. Ha llegado el momento de aparcar la moto.
¿Qué le provocó tomar la decisión definitiva de retirarse?
-Algún día tenía que dejar porque no podía seguir así. Sin sueldo, tenía que trabajar, no podía entrenar, si dejaba de trabajar para entrenar no ganaba dinero? Todo no podía hacer y para andar sin estar al cien por cien, no merecía la pena.
¿Le costó tomar la decisión?
-Después del Dakar tampoco me costó mucho dejarlo. Sí que lo pensé, porque sabía que si lo dejaba yo no podría volver a competir porque es un deporte súper caro y no lo puedo asimilar. Por lo demás lo tuve bastante claro. Son tantos años que había que pensárselo y ya valía.
¿Ese último Dakar le marcó?
-Fue un poco frustrante. Íbamos siempre mejorando cada año y esa vez no hubo mejora. La moto era más vieja y después de la lesión en la espalda, me costó recuperarme. Sabíamos que no estaríamos como hace dos años en el Dakar, pero esperaba estar algo mejor en lo que respecta a los resultados. Aunque luego, viendo todo lo que pasó y el tiempo que tuve para entrenar, tampoco se podía hacer mucho más.
¿Cree que lo echará de menos?
-Claro que sí, porque me encanta andar en moto. Pero hay que poner en una balanza el disfrute de la moto y todo el sufrimiento que lleva durante todo el año. No sabía si compensaba o no y al final creo que la decisión fue la correcta.
Es una pena tener que dejarlo cuando todavía el físico puede dar más.
-Sí, pero al mismo tiempo se arriesga muchísimo y encima en el Dakar, si quieres disputar tienes que ir a muerte y eso se paga caro. Una caída se vive a mucha velocidad y hay que pensárselo. Encima no ganaba nada. Allí te puede pasar lo peor y eso no se paga con dinero, pero si tienes esa ayudita, puedes prepararte todo el año y estás más motivado. Al final, en mi caso, me he desmotivado y no se podía más.
¿Llegó a sentir miedo mientras competía a ese nivel?
-El miedo después de la salida se va. Creo que no se piensa. Después de la lesión pensaba en ir más suave, pero siempre quieres ir más rápido. El último accidente que tuve, en el Dakar, estaba recuperándome de una gripe que tuve antes de salir e iba cada vez más rápido. Creo que si hubiera tenido miedo, no hubiera tenido el accidente.
A pesar de tener que retirarse, su carrera ha sido muy positiva.
-Está claro. Cuando empecé ni me lo pensaba y para mí ha sido la leche. Cualquiera no puede decir que ha estado en cuatro dakares y estoy supercontento por eso.
Además no fue solo a terminar, compitió.
-Eso es. El primer año sí que fuimos solo a hacer el Dakar, a terminarlo. Pero el segundo ya podíamos ser competitivos y el tercero estuvimos entre los mejores. Sabiendo que podía estar ahí me motivaba aún más y daban ganas de seguir. Después de Abu Dhabi quise intentarlo pero no salió y no merece la pena seguir así.
¿Con qué se queda de estos años?
-Con cada año. El primero solo por participar. El segundo acabe el 16 y el tercero, aunque tuve que retirarme, fue un año bueno también. Estuvimos con los mejores y me sorprendí a mí mismo. No me lo esperaba.
Y durante unos días fue uno de los diez mejores pilotos del mundo en la especialidad.
-Ya, al final te lo acabas creyendo. Para estar ahí hay que creer. Hasta entonces no me lo creía, pero después pasó lo de Abu Dhabi cuando estaba empatando con Quintanilla en las etapas y peleando por el podio de la prueba. Eso ya es la leche, que te miren de otra manera, como a uno más.
¿Llegó a tener ofertas de alguna marca importante?
-Después del accidente del Dakar, vino Honda diciéndome que quería hablar conmigo, pero al final no hubo nada. Jordi Arcarons, que estaba en Yamaha Oficial y ya tenía contacto con él, también me dijo que le hacía falta un piloto. Había rumores, pero ahí se quedó.
¿Piensa alguna vez en que hubiera sido de su carrera sin ese accidente de Abu Dhabi?
-Sí, muchas veces. Aquello tampoco se puede echar atrás y lo mejor es no darle vuelta. Nunca se puede saber que hubiera ocurrido si no hubiera tenido el accidente. Estaba en buena forma, haciendo algunas carreras con los mejores y sí que fue una pena. Ahí pudo haber salido algún equipo y fue un paso grande para atrás. Pero también podía haber pasado que me hubiera cogido algún equipo y en la primera carrera tener el accidente.
¿Cree que también le ha podido marcar ser de un pueblo pequeño a la hora de conseguir recursos económicos?
-Ereño es un pueblecito de 200 y pocos habitantes y me han apoyado siempre y estoy tremendamente agradecido. Pero en el motor aquí no tenemos muchas facilidades. Por ejemplo, en Catalunya hay muchos pilotos, circuitos y sí que es más fácil. Tampoco estamos tan preparados porque no tenemos tantas marcas de ropa, recambios o tiendas de motos. Nunca se sabe que hubiera pasado si sería de allí, pero no cambio Ereño por nada.
El Dakar le llevó a la fama, pero su carrera va más allá.
-Había corrido de pequeño y con el Gernika Off Road, equipo al que tengo que agradecerle muchísimo, volví a correr. Empecé en el Campeonato de España e incluso llegue a ir al Campeonato de Francia. Corría en una manga con campeones del mundo de los que tenía pósteres en casa. Empezaron a llegar más carreras, a salir fuera. Campeonatos de Europa, del mundo de MX3 y fue una experiencia brutal que no me esperaba.
Una carrera vivida a toda velocidad.
-Ha sido una carrera intensa y bastante difícil porque en todos estos años he tenido muchas lesiones. Además tuve que volver a empezar a andar en moto. De pequeño sí que hacia pero con las motos grandes es diferente y pierdes mucho. Perdí la mejor etapa para aprender y me costó bastante.
¿Cuántas cicatrices atesora?
-Bastantes. Han sido muchas operaciones, muchos accidentes. Lo bueno es que puedo hacer vida normal. Puedo estar contento con eso e igual ha sido un acierto dejarlo aquí antes de arrepentirme después.
¿Cómo llevó esos malos momentos en los que estuvo lesionado?
-Siempre he intentado montar en moto demasiado rápido y eso igual sí que me ha pasado factura. Iba a las carreras sin recuperarme del todo y sin estar al cien por cien. A veces es mejor esperar un poco más y llegar en mejor situación, pero eso lo vas aprendiendo según lo haces.
A pesar de todo, ha disfrutado durante estos años.
-Claro que sí. Me lo he pasado muy bien. Son experiencias que si no fueran por la moto no las viviría. Aparte de las carreras, todo lo demás también me ha hecho disfrutar. Ha sido un gran aprendizaje y ha sido una buena aventura.
Aparcada la moto, ¿ha dejado el deporte del todo?
-Intento no dejarlo porque me gusta. Ahora hago mountain bike porque me encanta y ahí seguiremos. Tampoco haré ningún proyecto concreto porque no quiero tener obligaciones.
Seguro que alguna vuelta en moto sigue dando.
-Así es. Tengo la Yamaha IZ con la que corría el Europeo de motocross y la utilizaba para preparar el Dakar. A ver si la arreglo y sacamos un poco de ruido.
“Cualquiera no puede decir que ha estado en cuatro dakares y estoy supercontento por eso”
“Ha sido una carrera muy intensa y bastante difícil porque en todos estos años he tenido muchas lesiones”