bilbao - Cristiano Ronaldo tomó la decisión de marcharse del Real Madrid en mayo del pasado año, tras una reunión en casa de su representante, Jorge Mendes, y sus colaboradores más cercanos y en pleno acoso por su fraude fiscal, y la puso en practica el pasado mes de julio, cuando pactó con Florentino Pérez una salida a la Juventus a cambio de 125 millones de euros.

El diario El Mundo publicó ayer un reportaje en el que desvela las causas que llevaron al jugador más eficaz de la historia del Madrid a cambiar de aires, y en ella tiene mucho que ver su enorme ego.

Cristiano Ronaldo esperaba que el Madrid le renovara el contrato en consideración con los pagos a Hacienda (en junio aceptó una condena de dos años de prisión y 18’8 millones de euros en multas), entendiendo el futbolista que el Barcelona había hecho lo mismo con Messi. El Madrid quiso mantenerse al margen y Cristiano lo tomó como una traición.

Otro asunto que le hizo considerar su marcha es que el Madrid lo situara como el segundo mejor jugador de su historia tras Di Stéfano. Lo consideraba un agravio: “Siempre me ponen por detrás de Di Stéfano. Ya no sé qué más tengo que hacer”, afirmaba el jugador. La renovación de Messi, que ganaba el doble que él, y la marcha de Neymar al PSG lo dejaban en tercer lugar y eso le obsesionaba: “Es una falta de respeto que yo, Balón de Oro, gane menos que Messi y Neymar. No es dinero, es estatus, respeto”.

Zidane, al respecto, pidió a Florentino: “Resolved lo de Cristiano como sea, porque no habla de otra cosa en el vestuario, es insoportable”. - DEIA