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Landa le da cuerda al reloj

El de Murgia se encierra en el velódromo de Tafalla, donde ha optimizado su postura sobre la nueva bicicleta para mejorar sus prestaciones en la contrarreloj tras comprobar los problemas en sus primeras actuaciones

Landa le da cuerda al relojFoto: Movistar Team

MIKEL Landa regresó de la Vuelta a Andalucía con dos certezas en la valija de su estreno competitivo: la primera, que cuando la carretera eleva el gaznate y se difumina con el cielo, es uno de los mejores, de los más poderosos; la segunda, la que le generó malestar y una mueca de preocupación, su actuación en la crono que candó la Ruta del Sol y que le emborronó la carrera, penalizado en la crono, donde sus progresos habían sido más que notables durante su estancia en el Sky. La pérdida de tiempo asustó a Landa en un principio hasta que observaron los datos del potenciómetro, algo así como el vademécum de los ciclistas. Los números no mienten y supo el alavés que era capaz de mover los vatios de antes, pero no pudo desarrollarlos debidamente. Le falló la entrega de potencia.

Con esas sensaciones acudió Landa a la Tirreno-Adriático. Al igual de lo sucedido en la primera carrera del año para el alavés, en la ronda italiana, Landa, excelso en la montaña, sobresalió con un triunfo en Sassotetto. Agarrado a la parte de abajo del manillar, voló con fuerza Landa. En su noveno día de competición, después de brillar en Alcalá de los Gazules en Andalucía, donde solo cayó derrotado ante Tim Wellens y los adoquines, el alavés mordió su primera victoria, que le enroscó más tarde al podio de la Tirreno-Adriático. Ocurrió que como sucediera en la Vuelta a Andalucía, la contrarreloj final, de diez kilómetros, anuló a Landa, que perdió demasiado tiempo respecto a corredores con los que deberá medirse en el Tour de Francia. Landa está obligado a minimizar pérdidas.

Revertir esa situación es la próxima estación de Mikel Landa, consciente de que debe reducir esa distancia si quiere luchar por el cetro de la ronda gala, su gran reto. Desde el entorno de Landa están convencidos de que el ciclista es capaz de recobrar su mejor versión en la crono, esa que la pasada campaña le validó ser subcampeón de España de la especialidad. Para ello, el de Murgia, junto a varios compañeros de equipo, se estableció en el velódromo de Tafalla durante el miércoles y jueves para recomponer su figura sobre la cabra. Las cronos son un cúmulo de detalles, donde la postura y la aerodinámica resultan fundamentales. No solo se trata de dar pedales en solitario. La eficacia en el pedaleo, la capacidad de desarrollar la máxima potencia durante el mayor tiempo en una posición incómoda, es el mantra de las cronos. Un crisol de detalles componen los entresijos de la lucha contra el tiempo.

grandes datos “Hay que analizarlo todo en su contexto y hacer una lectura más exacta partiendo de una postura optimizada, que es lo que hemos estado buscando, y con el estado de forma idóneo”, desliza Mikel Zabala respecto a las actuaciones de Landa en las cronos de Andalucía y Tirreno-Adriático. El técnico del Movistar está convencido del importante margen de mejoría de Landa. “En los Campeonatos de España del año pasado estuvo cerca de Castroviejo, un superespecialista”. Los datos de Landa son muy buenos respecto a la potencia que es capaz de desarrollar, por eso manda la serenidad. “Mueve muchos vatios y ahora se trata de optimizarlo con una posición aerodinámica, la adaptación a la nueva bicicleta y los nuevos materiales”, analiza Zabala, que reconoce que, por el momento, “nos encontramos en ese punto de ensayo-error en diversas cuestiones”.

En ese laberinto se ha adentrado Landa, que deberá acumular horas de trabajo limando aristas con la bicicleta de contrarreloj, una montura que estrena, otro handicap a superar. Trasladar las medidas no funciona de manera automática. Cada bicicleta, con su diseño, geometría y comportamiento, es un mundo por descifrar. “El cambio de bicicleta se nota. Ahora necesita otra postura”, certifica Zabala. El alavés debe interpretar a su bicicleta, adaptarse a ella, un proceso que no resulta sencillo, que requiere tiempo. “Se pueden hacer ajustes, pero el trabajo es lo fundamental. Lo importante es dedicarle horas una vez se haya optimizado la postura en la bicicleta, que debe aunar la mejor aerodinámica posible y la sostenibilidad. Hay que buscar el equilibrio entre el esfuerzo, el rendimiento y el confort”.

Landa tendrá que acudir al pasado, un viaje conocido para el alavés, que disparó su prestaciones en una modalidad ajena a sus características cuando se mudó al Sky. El corredor vasco invirtió entonces numerosas horas para ser mejor en la disciplina. En el entorno del corredor esperan una mejoría sensible en los tiempos. “Lo ideal sería estar a un segundo, o segundo y algo de los especialistas que luchan por las grandes vueltas”, expone el preparador. Ese es el camino que emprende otra vez. “Ahora estamos en un punto mejor, más competitivo. La fuerza de arrastre es menor. Somos optimistas”, diserta Zabala sobre Mikel Landa, dispuesto a dar cuerda al reloj que corre hacia el Tour.