Rahm sigue vivo en Pebble Beach
El golfista de Barrika remonta un mal inicio en Spyglass y está a cuatro golpes de la cabeza del torneo
bilbao - No fue un día sencillo para Jon Rahm. Le tocó luchar contra el viento y el campo más difícil del AT&T Pebble Beach Pro-Am. Tuvo momentos malos y sus opciones de hacerse con el título se vieron seriamente tocadas, pero el golfista de Barrika tiene un talento enorme, capaz de salvar la jornada con dosis de talento puntuales. Su actuación general no será recordada, incluso le dejó un regusto amargo. Sin embargo, se sobrepuso con autoridad y gracias a un grandísimo final pudo remontar la situación y quedarse a cuatro golpes de los líderes, Ted Potter y Dustin Johnson. El barrikoztarra sigue vivo en California.
Rahm se enfrentó en el tercer día del torneo al campo de Spyglass, el más complicado de todos y que ayer subió su dificultad debido al viento, que por fin hizo acto de presencia después de dos días en el que los jugadores solo se preocuparon de una ligera brisa. El vizcaino comenzó a buen ritmo y en su segundo hoyo, el número 11 al arrancar su actuación desde el tee 10, firmó su primer birdie. Las cosas iban bien y el asalto al liderato cada vez parecía más cercano, pero en el golf se puede pasar del paraíso al infierno con un solo golpe y ese fue el siguiente realizado tras ponerse con dígitos negativos. El golfista de Barrika golpeó su primer disparo y vio como se iba directo al agua. La necesidad de dar otro golpe más para llegar al green y una penalización. Peaje demasiado caro para un par 3. Rahm solo pudo salvar el double bogey y cayó significativamente en la clasificación.
Ese double bogey fue todo un mazazo para el vizcaino. Le dejó tocado y su juego se vio resentido. Tuvo muchos problemas en los siguientes hoyos y no tardó en cosechar el siguiente bogey, después de mandar la bola al búnker y no acertar a la hora de sacarla adecuadamente, solo un gran golpe desde el green evitó que el desastre fuera mayor. Sin embargo, un día malo al cien por cien es muy extraño en Rahm. Siempre hay momentos de brillo, su talento le lleva a ello, a lograr buenos resultados aislados aunque su jornada no sea el mejor. Dos birdies, en el 17 y en el 1, le volvieron a meter entre los diez mejores clasificados y a mantener una ligera esperanza.
Fue un día de encajar golpes, de sobrevivir a las malas fases y no hundirse definitivamente para seguir vivo en la lucha por el título. Otro mal hoyo le hizo encajar el siguiente bogey. Entonces, Rahm bajó las pulsaciones, se centró en el momento y mostró un juego más conservador. Los pares llegaron de forma consecutiva y detuvo la sangría de golpes. El vizcaino fue ganando confianza, se vino arriba y como hizo en la jornada inaugural, dejó lo mejor para el final. Tres birdies en los últimos tres hoyos le hicieron escalar posiciones. Con este resultado Rahm está lejos de la victoria, pero hoy volverá a Pebble Beach, el recorrido que mejor se le ha dado este fin de semana. Lo hará sin nada que perder y ya ha demostrado anteriormente que cuando entra en racha, esta distancia es alcanzable para el talento del golfista de Barrika.
la mejor vuelta Por otra parte, el gran protagonista del día fue Ted Potter. El estadounidense realizó la vuelta de su vida y solo un mal final le dejó fuera de los libros de historia. En los primeros 16 hoyos le salió todo. Cada jugada que pensó, cada golpe que vislumbró en su mente, se hizo realidad. Con las cámaras centradas en Pebble Beach, Potter dominó el recorrido de Monterrey Península y llegó a amenazar el récord de 58 golpes de Jim Furyk, la mejor vuelta de la historia del PGA Tour. En los primeros siete hoyos, su tarjeta señalizó un -7, después de conseguir cinco birdies y un eagle en el hoyo 16, un par 5. Mantuvo el ritmo con el paso del tiempo, se encaramó hasta lo más alto de la clasificación del torneo, pero poco a poco el récord se fue complicando. Así, llegó a los dos últimos hoyos con la obligación de firmar dos birdies. No pudo ser. La presión le pudo y esa bonita tarjeta quedó apartada de la historia con dos bogeys finales. Un final que no solo le dejó sin la mejor vuelta, también le apartó del liderato en solitario.