El gigante de Cabo Verde va ahora de blanco
walter tavares ha regresado tras dos temporadas sin pena ni gloria en la nba y ha tenido un impacto inmediato en el juego del real madrid
WALTER Edy Tavares (Cabo Verde, 22-3-1992) ha regresado a Europa para sembrar el pánico en las zonas. Cuando el Real Madrid perdió por lesiones de larga duración a sus dos cincos, Gustavo Ayón y Ognjen Kuzmic, no tenía mucho donde elegir para un puesto tan específico y para un estilo de juego donde se exige al hombre grande mucha movilidad. Entre los jugadores que sonaron estuvieron entre otros el esloveno Gasper Vidmar, que era la primera opción, y Artem Pustovyi, el pívot del Obradoiro que destrozó el domingo pasado al Bilbao Basket. El ucraniano era el jugador más alto en la Liga Endesa esta temporada hasta que el club blanco rescató a Tavares de la NBA, donde su papel era marginal.
El caboverdiano necesitó unos pocos partidos para recuperar el ritmo y las sensaciones que había perdido en un baloncesto muy exigente en su paso de dos temporadas por los Atlanta Hawks y los Cleveland Cavaliers que no supieron o quisieron aprovechar sus características. Así, el exjugador del Gran Canaria no pintaba nada en la liga de desarrollo, donde sus virtudes defensivas le hicieron destacar, y el Real Madrid estuvo vivo para firmarle un contrato por tres temporadas. “He tenido la oportunidad de jugar con jugadores que son All Star y me han enseñado muchas cosas. Por ejemplo, la ética de trabajo que tienen. Yo pensaba que trabajaba duro, pero cuando llegué allí me di cuenta de cómo cuidan su cuerpo y lo duro que trabajan todos los días. He aprendido que con la dedicación y el trabajo duro puedes conseguir lo que quieres”, comentó Tavares al incorporarse al equipo blanco como resumen de su estancia en la NBA, que era el sueño que albergaba cuando llegó a Gran Canaria sin apenas conocimientos de baloncesto, y donde apenas jugó trece partidos. No tuvo continuidad en la mejor liga del mundo y, sin embargo, dejó algún apunte de sus posibilidades. En el único partido que jugó con el equipo de LeBron James firmó 6 puntos, 10 rebotes y 6 tapones en 24 minutos, aunque no pudo ser inscrito para el play-off por una lesión.
No ha hecho falta esperar mucho para que el pívot del Real Madrid explotara sus características y marcara diferencias. La buena racha que atraviesan los de Pablo Laso tiene mucho que ver con la aportación del africano, a quien el técnico gasteiztarra, con los ajustes necesarios, ha hecho encajar rápidamente. En el último partido ante el Gipuzkoa Basket, Walter Tavares hizo 16 puntos de valoración sin lanzar un tiro de campo. En estos tiempos, sigue siendo posible influir en un partido sin meter puntos y la intimidación del jugador de Cabo Verde, ya sea directa con los tapones o indirecta por la cantidad de tiros que cambia y rebotes que desvía, permite al Real Madrid contar con una baza defensiva para aquellos días en que esté menos inspirado. Según datos que recoge el portal Overbasket, el Real Madrid recibe con Tavares en cancha un 43% en tiros de dos puntos y un 52% sin él.
un jugador diferente “Teníamos claro que Edy nos podía ayudar muchísimo, pero que había que cambiar cosas porque era un jugador completamente distinto a lo que habíamos tenido hasta ahora. Edy es un jugador que nos aporta muchas cosas y, obviamente, un jugador tan grande como él no lo hay en Europa”, señaló Laso tras el triunfo en Euroliga ante el Anadolu Efes, en el que el pívot caboverdiano hizo 14 puntos, 9 rebotes, 4 tapones y 25 de valoración en 25 minutos. El entrenador del Real Madrid espera el regreso de Anthony Randolph para formar con Tavares una pareja interior infranqueable por la gran envergadura de ambos.
Quizás ambos se junten mañana contra el Bilbao Basket, que si sufrió ante Pustovyi y es el equipo de la Liga Endesa que más tapones recibe puede estar seguro de que le espera una mañana dura en el Wizink Center, más aún con la ausencia de Mickell Gladness. Meter canastas delante de Walter Tavares y evitar que él las meta en su sociedad con cualquiera de los exteriores del Real Madrid va a ser una tarea titánica y, sobre todo, tendrá que ser colectiva. Incluso el equipo que más rápido juega, que más apuesta por correr y jugar en transición necesita alguien grande en la cancha.