bilbao - La ascensión invernal al Everest sin oxígeno que persigue Alex Txikon sigue su curso a buen ritmo. O mejor dicho, a toda máquina. El montañero de Lemoa y su equipo ya han equipado el trayecto hasta el Campo 1, situado a 6.050 metros de altura. El pasado año necesitaron cinco días más para realizar este duro trabajo, que finalmente han completado en cuatro jornadas. Además lo han llevado a cabo entre seis personas frente a las once que se necesitaron en la expedición de 2017, lo que resalta mas aún si cabe la exigencia de estos días en la cascada de hielo del Khumbu, muy exigente y que conlleva mucho riesgo.

Txikon relató a su gabinete de comunicación el trabajo de las últimas 96 horas. El propio vizcaino, acompañado de los escaladores Tenzing Gyalzen, Gelje, Cheppal, Walung Dorji y Pasang Nourbu fueron los encargados de preparar el terreno. Mientras que Ali Sadpara, Nuri y Temba Bhote han estado trabajando la aclimatación en una zona cercana con idea de repartir tareas y reservar fuerzas. “Han sido cuatro jornadas duras de mucho trabajo porteando entre 25 y 35 kilogramos cada uno de nosotros. El aprendizaje de lo realizado el año pasado ha sido clave y tras doce horas de esfuerzo hemos alcanzado este primer objetivo, cuando el año pasado fueron necesarios nueves días de trabajo para lograrlo. Según nos cuentan desde Katmandú ven increíble que tan solo seis personas en cuatro jornadas hayan sido capaces de equipar la cascada de Khumbu. Es un recorrido muy complejo que ha requerido nuestra máxima concentración y este año, además, junto con Geije, he colaborado para buscar las zonas mas estables y he participado a la hora de la toma de decisiones. Un gran trabajo, estamos muy contentos”, destacó Txikon.

El Everest solo ha sido conquistado en invierno en 1980 por los polacos Krysztof Wielicki y Leszek Cichy, aunque en su caso utilizaron oxígeno en la subida para alcanzar la cima de la montaña más alta del mundo. - N. Marcos