BILBAO - “Irregular”. Así valora Salgado la temporada de los hombres de negro, una singladura en la que las lesiones de algunos jugadores vitales y los problemas físicos de otros han acabado pesando mucho. “No es una excusa, pero son percances que trastocan mucho a un equipo como el nuestro”, reconoce, al tiempo que añade que “puede que por presupuesto ya no estemos entre los primeros de la liga, pero el gen competitivo debe seguir. El público no se resigna; nosotros, tampoco”.
¿Qué balance realiza de la temporada que acaba de terminar?
-Ha sido una temporada difícil, una temporada agridulce. Teníamos una serie de objetivos marcados y no los hemos logrado. Hemos estado a un partido de cada meta, lo hemos intentado hasta el final, pero no han cristalizado. También ha sido un curso en el que hemos tenido jugadores fundamentales lesionados, otros tocados en momentos importantísimos... La sensación que me queda, pese a no haberle perdido la cara a la competición en ningún momento, es de irregularidad.
Da la sensación de que el equipo ha ido siempre un pasito por detrás de las metas que pretendía alcanzar.
-Después de arrancar la campaña con cuatro victorias consecutivas, nos ha tocado ir a la contra constantemente, a remontar puestos. Empezar a jugar competición europea nos descolocó. Tuvimos un grupo difícil y aquello nos desgastó mucho. Desde entonces nos ha tocado ir remando y al final no hemos llegado a nuestras metas. Los rivales también cuentan y hacen su trabajo. Podíamos haber estado más arriba, pero no hemos dejado de pelear hasta el final.
Ha habido derrotas en partidos vitales en casa -Alba Berlín, Betis, Obradoiro...- que han pesado como una losa en la lucha por cada uno de los objetivos.
-Por eso recalco que hemos sido irregulares. Le hemos ganado los dos partidos al Barcelona, superamos al Valencia Basket en Miribilla cuando llegaba como líder de la Liga Endesa, pero luego hemos caído también en casa contra equipos de la parte baja como Betis u Obradoiro. Salvo un par de rachas en las que hemos sumado cuatro victorias seguidas no hemos tenido una línea constante. Las dos bajas de Jonathan Tabu, la lesión en el tramo final de Scott Bamforth, los problemas físicos de Micheal Eric, Ivan Buva o Álex Mumbrú... No son excusas, pero son percances que trastocan mucho a un equipo como el nuestro porque son jugadores muy importantes.
¿Qué es lo que le ha faltado al RETAbet Bilbao Basket para ser más constante? Hervelle habló recientemente de cierta debilidad mental.
-Yo creo que se ha juntado un poco de todo. Quizás no hemos sido lo suficientemente fuertes mentalmente en los momentos de la verdad y eso, unido a las bajas, ha hecho difícil jugar ciertos momentos de la temporada. Hemos tenido en todo momento la carga extra de tener que ganar el siguiente partido para no desengancharnos de nuestros objetivos.
¿Las ocho primeras plazas eran el objetivo desde el verano o el 4-0 del arranque de curso hizo que se lanzaran las campanas al vuelo antes de tiempo?
-Desde antes de arrancar la temporada nuestro objetivo era pelear por estar en la Copa y el play-off y eso lo hemos hecho prácticamente hasta el final. Nos ha faltado el último paso. Está claro que con el 4-0 de arranque, con dos victorias fuera de casa y ganando al Barça en Miribilla, la gente se ilusiona y todo puede parecer más fácil de lo que realmente es, pero nosotros ya teníamos claro que queríamos luchar por estar entre los ocho primeros. Al final, un par de partidos decantan jugar la Copa y el play-off o no hacerlo y en esa delgada línea a nosotros nos ha tocado en esta ocasión quedarnos fuera.
En las últimas semanas Carles Duran ha deslizado en un par de ocasiones la importancia de no haber pasado apuros clasificatorios en ningún momento del curso. ¿Está de acuerdo?
-Quizás la gente en Bilbao está un poco mal acostumbrada. Han sido muchos años de presencia en las eliminatorias por el título y en la Copa, incluso de luchar por títulos en campañas anteriores... Hoy en día todo es más complicado y más todavía en nuestras circunstancias económicas actuales, en las que el club prima, de manera acertada en mi opinión, sanear su tesorería para, de esta manera, dentro de unos años, tener la oportunidad de volver a crecer. Cada temporada la Liga Endesa se complica más. Este año el Tecnyconta Zaragoza se ha salvado por el basket average, un club con muchísimos años en la élite como el Betis ha acabado descendiendo... Nosotros no estamos ya entre los mayores presupuestos de la ACB, pero mantenemos nuestra línea de club competitivo y peleón. Yo diría que estamos en ese límite en el que, si aciertas con un par de fichajes y con un par de resultados, te metes arriba, pero, si no, acabas a un paso de tus metas.
Pese a la derrota ante el Baskonia, el público les despidió con aplausos en el último partido del curso disputado en el Bilbao Arena. ¿Cree que esa nueva realidad va calando entre la afición?
-Puede que por presupuesto ya no estemos entre los primeros de la liga, pero el gen competitivo debe seguir ahí y no ser excusa para dejar de ser ambiciosos. El público no se resigna y es normal; nosotros, tampoco. En esa comunión entre el entendimiento de nuestra nueva realidad y la ambición debe estar, en mi opinión, la clave para el futuro del Bilbao Basket.
En el plano personal, ¿qué valoración realiza de su temporada de regreso al Bilbao Basket?
-En la primera parte, cuando Tabu y Tobias Borg estaban plenamente disponibles, participé menos, pero en el tramo final he tenido más continuidad y he podido aportar más cosas al equipo. Estoy contento. He tenido partidos mejores y otros peores, pero creo que cuando el equipo me ha necesitado he estado ahí para echar una mano en todo aquello que se me pedía. Evidentemente, me hubiese gustado anotar y pasar más y mejor, pero no he acabado descontento.
Hubo un momento de la temporada en la que la rotación de bases se alteró y usted quedó relegado al rol de cuarto director de juego por detrás de Tabu, Borg e incluso Sergio Llorente. ¿Cómo vivió aquella situación?
-Fueron momentos duros, no lo voy a negar, pero hay que pasarlos. Yo intentaba estar con la mente clara, ser positivo en todo momento e ir a cada uno de los entrenamientos con la actitud de hacerlo lo mejor posible para demostrar al entrenador que podía contar conmigo cuando lo estimara oportuno. En esos momentos es muy importante respetar las decisiones del entrenador y también a tus compañeros, que trabajan igual que tú para ganarse sus minutos. No te puedes venir abajo.
El verano pasado regresó al club de su vida con un contrato por una sola temporada. En agosto cumple 37 años: ¿ha reflexionado sobre su futuro?
-Quiero seguir jugando. Puedo continuar aportando en mi actual rol de jugador de equipo. De todas maneras, es una decisión que no puedo tomar únicamente yo, sino que depende de dos partes. Supongo que en los próximos días o semanas el club y yo nos sentaremos para tratar el tema.
¿Ha habido ya algún contacto preliminar?
-No, todavía no.
¿Se ve jugando en algún otro club que no sea el Bilbao Basket?
-No, a estas alturas de mi carrera y de mi vida no me planteo jugar en ningún otro lado. Es cierto que nunca sabes a ciencia cierta lo que va a ocurrir en el futuro, pero el verano pasado ya dije en mi presentación que, después de seis temporadas fuera, para mí era un sueño regresar a este club porque era algo que llegué a pensar que no iba a tener la oportunidad de hacer. Mi sueño ahora sería poder retirarme como jugador del Bilbao Basket.