Lleva cinco meses en el cargo y, casi a contrarreloj, en un plazo de algo más de un año, la SETT tiene que dar salida a un caudal de dinero que supera el gasto anual de todos departamentos de la Diputación Foral vizcaina.
El presupuesto del programa es contundente.
Es un instrumento muy potente, que además es complementario con los incentivos fiscales o ayudas estatales, autonómicas o europeas. Es una herramienta pensada para la estructura empresarial, para crear industria. El instrumento del préstamo no es tan novedoso, porque ya están los bancos dando préstamos, aunque el plazo de tiempo puede ser también una ventaja para las empresas que quieran ir por esa vía. Pero los vehículos de inversión y, sobre todo, el del capital son la clave para que las compañías cojan músculo financiero, para que puedan escalarse y pensar en una estrategia a largo plazo. Pensar qué quieren hacer más allá de los proyectos actuales.
¿Cómo pueden acceder las compañías a los fondos?
Tienen que presentar un plan de negocio. A nosotros, a la parte público, nos tienen medio convencidos, pero esto es colaboración público-privada, ¿cómo van a convencer a un agente privado? Tienen que armar un buen plan de empresa, cada eslabón de la cadena de valor debe reforzar la industria, más allá del rodaje, está la parte de servicios y la parte de empresas de videojuegos.
Pensamos solo en el rodaje, pero detrás también hay una industria auxiliar y otras actividades.
Eso es. Más que de industria audiovisual, hablo de universo audiovisual, pues porque incluye toda esa parte de los videojuegos, los Esports, que no conocía, pero es como un subsector dentro de los videojuegos, todo lo que son proyectos o desarrollos tecnológicos relacionados con la inteligencia artificial, con la realidad aumentada... Por la parte de servicios, hablamos de tecnología y de platós virtuales, también está el tema inmobiliario, los negocios de streaming, los canales fast, toda la animación, todo lo que son modelos de negocios relacionados con la monetización de la publicidad. Es decir, hay un sinfín de oportunidades. Estos fondos tienen una aproximación industrial, que además llega en un momento clave para fortalecer y consolidarnos realmente como un país que no solamente refuerce dentro su tejido local, sino que también atraiga empresas extranjeras. Ahora se pide dinero para un rodaje, pero el sector necesitará dinero para hacer 20 rodajes, para tener músculo en el futuro y afrontar todos los retos. No solo es producir, es comprar derechos de libros, distribuir y viajar al extranjero.
Los fondos a distribuir son muy elevados, pero se intuye que Madrid o Barcelona, que ya tienen una estructura fuerte, se llevarán la ‘parte del león’.
No se crea, me sorprendería que fuera así. Es muy pronto, dentro de un año sabremos cuántas operaciones se han aprobado. Bizkaia y Euskadi en general tienen una oportunidad muy grande porque tienen unos incentivos fiscales maravillosos. Pero es necesario reforzar la industria. Faltan platós, faltan proveedores de servicios..., toda esa cadena de valor que trabaja para que se produzca un contenido. Bizkaia tiene una superoportunidad porque son unas herramientas que van dirigidas a todo el Estado por igual. Los solicitudes se analizan según la empresa, no hay un filtro más allá del proyecto.
¿Puede verse Bizkaia más beneficiado que otros territorios precisamente por los incentivos fiscales?
Sí, Bizkaia tiene una gran oportunidad, única, porque el 31 de agosto de 2026 hay que devolver los fondos que no se hayan comprometido. Queda algo más de un año para reforzar el sector desde el punto de vista estructural de una industria.
Tiene una amplia experiencia en el sector bancario, pero proviene del mundo de las Bellas Artes y se ha especializado en la financiación del sector cultural.
Sí, soy una rara avis.
Desde el punto de vista cultural, ¿qué pueden aportar estos fondos?
Espero que sea un punto de inflexión y permita un salto en la maduración del sector, que sea más industrial y menos dependiente de proyectos concretos.