BILBAO - Esforzado hasta la última bocina del último partido, noble en la entrega hasta la jugada final a pesar de que apenas se jugaba nada en el duelo, el RETAbet Bilbao Basket, perdedor ayer en el Gran Canaria Arena, cerró el curso 2016-17 en décima posición, arrastrado un puesto por la sorprendente victoria del UCAM Murcia en Valencia. Fue el epílogo a una temporada extraña en la que los hombres de negro casi siempre han ido un pasito por detrás de sus aspiraciones, casi siempre haciendo la goma, incapaces de asestar el golpe definitivo para alcanzar sus metas. El deseo nunca estuvo en duda pero al Bilbao Basket, víctima de gatillazos sonoros en su propia cancha -Alba Berlín, Betis, Obradoiro, Murcia...- le ha faltado sostenibilidad en el rendimiento y le han sobrado errores como para asaltar las eliminatorias por el título en una singladura irregular y casi siempre carente de temple y frescura en los momentos de la verdad.

Como en la cita de ayer. Los hombres de negro, voluntariosos, impulsados por los puntos y excelentes porcentajes de Ivan Buva y Micheal Eric en las distancias cortas -18 y 13 puntos respectivamente, 14 de 20 en el tiro entre ambos-, aguantaron la mirada del potente Herbalife Gran Canaria durante 39 minutos para acabar claudicando por 86-80. Sobreponiéndose a las pérdidas de balón y a los rebotes ofensivos concedidos, aspectos que dieron mucha vida a unos anfitriones a los que insufló gasolina el incombustible Albert Oliver, los vizcainos hicieron la goma durante gran parte de la contienda pero se las arreglaron para llegar al momento de la verdad con opciones de triunfo (79-78), pero un tiro libre fallado por aquí, una pérdida por allá y un par de desajustes defensivos echaron por tierra su encomiable trabajo.

El encuentro arrancó espídico, al galope, con los ataques compareciendo dos cuerpos por delante de las defensas. El Bilbao Basket movió bien la bola, sobre todo de la mano de un Hervelle que acumulaba cuatro asistencias en un abrir y cerrar de ojos para que Mumbrú y Tabu ejecutaran, pero el Gran Canaria, superior en el rebote ofensivo, respondía de la mano de Pasecniks y O’Neale. El 15-15 tras canasta de Buva dibujaba un panorama igualado, pero la entrada en escena de las segundas unidades marcó diferencias, sobre todo en lo referente a la intensidad defensiva. Los de Casimiro cerraron líneas de pase, activaron la verticalidad de McCalebb en la faceta atacante y el acto inaugural se cerró con un peligroso 24-17, con un parcial de 9-2 en el que los de Duran permanecieron casi cuatro minutos sin mover sus guarismos. Con el base de New Orleans conectando muy bien con Báez, los amarillos amagaron con el demarraje (28-19), pero ahí estuvo Buva, con seis puntos seguidos, para taponar la vía de agua (28-23). Su marcha al banquillo dejó a los visitantes sin faro ofensivo y el Gran Canaria aprovechó para conseguir su primera renta de dobles dígitos (33-23 a 6:20 del descanso), pero el croata fue suplido por Eric en la faceta anotadora para volver a estrechar márgenes. Incisivo en el rebote ofensivo y atinado moviéndose ante sus pares, el nigeriano, con nueve puntos en el segundo acto, fue la punta de lanza de un parcial de 0-9 que, tras canasta de Mumbrú, restableció la igualada en la contienda (37-37) antes de que un triple de O’Neale permitiera a los de Casimiro alcanzar en ventaja el ecuador del duelo.

Haciendo la goma En la reanudación, un triple de Lapornik equilibró una vez más la balanza, pero las pérdidas bilbainas volvieron a dar aire a los anfitriones. Los hombres de negro mantenían el rebufo del rival gracias a su intachable trabajo en las distancias cortas, pero los problemas a la hora de cerrar el rebote defensivo y los balones extraviados le impedían pasar a dominar pese a los buenos minutos ofensivos de Hervelle desde la media distancia. Los anfitriones aprovechaban sus constantes viajes a la línea de tiros libres para mantener sus pequeñas rentas mientras que el Bilbao Basket, voluntarioso hasta el límite, se agarraba al marcador de la mano de Todorovic.

Así, el choque llegó a los diez minutos finales con un apretadísimo 62-59 después de dos tiros libres fallados por Mendia. Una pérdida de balón y una penetración horrible de Todorovic recibieron castigo a manos de Planinic y McCalebb y el Gran canaria volvió a distanciarse, pero los de Duran reaccionaron en un abrir y cerrar de ojos de la mano de Buva y el propio Todorovic para igualar a 66 puntos. Pero al Bilbao Basket cada vez le costaba más hacer la goma. Un triple prácticamente desde el centro de la cancha de Paulí sobre la bocina de posesión pesó mucho en el espíritu de resistencia de los visitantes y tuvo además continuidad con otro de Kuric y un mate a la contra, sin oposición, de Pasecniks (77-70 a 4:05 del final), pero ni por esas se rindieron los de Duran, que reaccionaron hasta el 79-78 a 48 segundos del final. Sin embargo, al conjunto vizcaino le volvió a faltar temple, control y acierto en los momentos de la verdad. A un tiro libre y un tiro a la media vuelta fallados por Lapornik y Mumbrú, respectivamente, les siguió una canasta de Pasecniks. En la siguiente acción, Tabu dispuso de dos triples que no convirtió -quizás los lanzó de manera precipitada- y O’Neale puso candado al partido tras una antideportiva de Hervelle. Los hombres de negro lucharon hasta el final. Ese no fue el problema este curso. El octavo puesto se perdió en anteriores y sonoros patinazos.