El mayor reto de Guillermo Llano
El principal "representante de los pilotos vizcainos" hoy en día correrá el CEV con el equipo oficial de BMW, el easyRace
el requisito imprescindible para la consecución de los objetivos en la vida es confiar en que son alcanzables. Sin sueños, sin capacidad de teletransportarse a la visualización del éxito sin que este haya acontecido, no hay gloria. Guillermo Llano (21-VI-1995, Plentzia) es de esa raza. Fantasiosos, ambiciosos, confiados en sí mismos, que se les adjetiva; lógicamente, como es el caso, tiene que haber detrás unos padres que respalden los ideales de sus descendientes, con hechos e inversión económica en la mayoría de las ocasiones. Este joven adereza su empeño de vivir del pilotaje con una simpatía que no contrasta con su voluntad de irradiar formalidad, seriedad. Es un tipo sonriente, y su gesto, su rostro, es el de ser todo oídos ante lo que ocurre a su alrededor. Transmite ser consciente de que para aprender primero hay que atender. Crucial para el que persigue el progreso. O sea, posee confianza en sus propias dotes, en su capacidad para rodar rápido al manillar de una moto, pero sin destilar egocentrismo. Más bien se muestra como alguien sencillo, próximo, accesible, cordial. “Me gustaría que todo esto que estamos hablando lo reflejes tal cual, con toda la naturalidad, porque no quiero parecer alguien superficial. Quiero mostrarme como lo que creo que soy, que es alguien cercano, natural y agradecido a todo lo que me rodea. Quisiera que quien me lea piense que soy alguien con quien se iría a tomar algo”, matiza quien que se ha erigido, según la Federación Vizcaina de Motociclismo, en el “representante de los pilotos vizcainos”.
El problema con el que ha convivido Llano -porque en el mundo del motor cada gramo y centímetro se tienen en cuenta- es que su complexión no le ha permitido seguir los cauces comunes de la vida de un piloto. Se ha visto obligado a saltarse etapas, esos escalones definidos por las categorías del motociclismo. Léase como trayectoria habitual: primero correr con motos pequeñas, luego dar el salto a las medianas y, si los resultados acompañan, finalmente alcanzar la cúspide que son las motos de máxima cilindrada para las que se necesita cierta constitución. No es que Llano sea especialmente corpulento -mide 1,81 y pesa 75 kilos-, sino que creció más veloz que los de su generación. “A los 17 años ya era como soy ahora”, recuerda. Y las motos que le correspondían por edad temprano se le fueron quedando minúsculas. Así se entiende que después de debutar como piloto en 2009, en 2012, con solo 17 tiernos años, ya competía con máquinas de 600 centímetros cúbicos. Con una de estas bestias motorizadas, en 2013 se proclamó campeón europeo, el logro que disparó su carrera. No obstante, anteriormente ya había sido campeón de Bizkaia, Euskadi, Castilla y La Mancha, y la Zona Norte de España.
Con ese condicionante se ha manejado Llano, que sigue estirando, pero en lo deportivo, porque a sus 21 años ya está plenamente formado en el aspecto físico. Precisamente su talento lo ha tasado el equipo oficial de la marca BMW, el easyRace SBK Team, que ha decidido contratar al piloto vizcaino para atacar el Campeonato de España de Velocidad (CEV). Con esta estructura competirá en Open 1000, una subsección de la máxima categoría del CEV, que es Superstock 1000, pero en la que compartirá asfalto con los pilotos pertenecientes a esta última. De hecho, en los entrenamientos de pretemporada ya consiguió rodar con “el cuarto o quinto mejor tiempo” de una hipotética clasificación general combinada. “Me siento muy a gusto sobre la moto, me ha enamorado, porque me permite desarrollar mi pilotaje”, acredita.
objetivo: ser campeón De hecho, su estilo, como su juventud, son argumentos que llamaron la atención de BMW, marca en ascensión que persigue ser referente mundial en competición con las máquinas de 1000 centímetros cúbicos. Es por ello que busca con Llano la corona del campeonato Open 1000, lo que prueba que el proyecto nace ambicioso.
“Estoy muy contento con los entrenos, porque me he visto cerca de los tiempos de cabeza, pero hasta que no estás en carrera... Ya sabes que en este mundillo cualquier detalle es decisivo”, comenta con la prudencia que atesora y que antepone. Cuando habla, y esto es síntoma de sus aspiraciones, toma como referencia a los cerca de 40 pilotos de Open y Superstock con los que compartirá pista en cada una de las seis pruebas del calendario del CEV de 2017. “Mi objetivo es tratar de ser campeón de Open 1000”, confirma. Se fajará a lomos de una BMW S1000 RR. “Con Guillermo el objetivo es ganar la categoría Open y estar lo más cerca posible de la cabeza de carrera a final de año. Para ello tanto nosotros -easyRace- como BMW y Dunlop -marca suministradora de los neumáticos- daremos el máximo”, añade Eduardo Salvador, mánager de un equipo que el año pasado fue segundo en el CEV y que, por tanto, goza de la credibilidad de ser uno de los destacados de la parrilla.
Por otro lado, la apuesta de BMW por Llano ha despejado la incertidumbre del piloto vasco, que, integrante del mundo del motor como es, cada época invernal asiste a la incógnita del incierto porvenir. “Este invierno incluso me he llegado a plantear todo, porque en las motos hace falta dinero para correr y yo no se lo podía aportar al equipo, o sea que estoy aquí gracias a que BMW ha confiado en mí”, apostilla. Ofertas ha recibido, pero unas porque no terminaban de colmar sus expectativas y otras por falta de presupuesto, el caso es que su futuro estaba en vilo hasta la llamada del easyRace y BMW.
La marca alemana le proporciona las garantías para ser competitivo a nivel mecánico, pero Llano no come de las motos. “Mi sueño es poder ser profesional, vivir de esto, gozar de una estabilidad, pero como nunca sabes lo que puede ocurrir...”, advierte. Por esa inseguridad, por la volatilidad de este gremio, cursa como recurso vitalicio Ingeniería Electrónica y prepara oposiciones para ser bombero. “Me encanta la idea de poder ayudar a la gente. Además, bombero es una profesión que se puede compaginar con el deporte”, explica. No obstante, merced a su manual de estilo sobre las dos ruedas, “agresivo, frenador y peleón”, ha cautivado a BMW y, en consecuencia, seguirá dando guerra en los circuitos. Si se acuna sobre el éxito, no sería descabellado pensar que Llano podría escalar el día de mañana al Mundial de Superbikes, el escenario más prestigioso en el que compite BMW. “Se ha hablado de esa posibilidad, pero primero tienen que llegar resultados. Pero claro que sería mi mayor sueño”, subraya. Fantaseando se inicia la construcción de un sueño.
Antes de subir a la moto, de poner en marcha el curso del CEV este fin de semana en Valencia, echa un vistazo a su entorno: “Gracias a mis padres, mi novia y especialmente a ALCA, porque hacen posible que este aquí. Cada granito de arena suma y entre todos puedo ser Guillermo Llano, piloto”. Arranca su mayor reto deportivo.
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