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Un desplome en 150 segundos

El RETABET BILBAO BASKET, competitivo hasta el descanso, se derrumba en el inicio del tercer acto y acaba apabullado por el acierto triplista de Sergio Llull, colosal, y Jaycee Carroll

Un desplome en 150 segundosReportaje fotográfico: ACB Photo/A. Villalba

Bilbao - Medio partido. Eso es lo que duró la resistencia del RETAbet Bilbao Basket en la matinal de ayer en el WiZink Center, dos cuartos en los que los hombres de negro trataron de mantenerse a flote ante el celestial momento de juego de Sergio Llull. Pero ocurrió que nada más superar el ecuador de la contienda el conjunto de Carles Duran se despistó durante dos minutos y medio que desembocaron en estropicio, en derrota contundente, de las que dejan marca. En esos 150 segundos, el conjunto visitante perdió cualquier atisbo de equilibrio ofensivo, se deshizo en defensa y los blancos respondieron con un parcial de 11-0 -ocho puntos de Anthony Randolph, los únicos que anotó en el partido, y un triple de Llull- para colocar el 57-39 y dar carpetazo al partido. De ahí en adelante, un absoluto ejercicio de impotencia de la escuadra vizcaina y alfombra roja para los blancos, tremendamente dañinos desde la larga distancia, con un 17/34 desde la línea de 6,75, con siete dianas tanto para Llull (29 puntos en total) como para un Jaycee Carroll (acabó con 25) que en los últimos quince minutos recogió el testigo del balear.

No era el de ayer, ni por rival ni por escenario, el mejor de los partidos para medir al Bilbao Basket que debe luchar por el play-off huérfano de Scott Bamforth. No están los hombres de negro a día de hoy capacitados para oponer resistencia a un rival tan largo y disciplinar como el de Pablo Laso, ni siquiera aunque estos vengan de jugar dos exigentes duelos de Euroliga en una semana. Los anfitriones gobernaron el partido sin tener que pisar el acelerador a fondo y lanzaron el demarraje definitivo en un abrir y cerrar de ojos sin necesidad de esfuerzos mayúsculos ante un rival cogido con alfileres. El conjunto vizcaino no estuvo entonado a la hora de frenar la efusividad triplista de los blancos y en ataque funcionó a rachas. Se mantuvo en el partido cuando fue capaz de activar a sus pívots (17 puntos para Micheal Eric y 18 para un Ivan Buva al que desde su propio banquillo dedicaron un “vete a la mierda; blandito, blandito” captado por los micrófonos de Movistar+ tras esos dos minutos y medio en los que el Madrid sentenció el duelo), pero salvo el buen tono triplista de Jonathan Tabu y Miha Lapornik -9 puntos pero solo seis lanzamientos para el esloveno- del resto apenas hubo noticias. Álex Mumbrú, bien controlado, se quedó en seis puntos (dos de doce en el tiro), Axel Hervelle apenas sumó cinco y los diez de Dejan Todorovic llegaron ya con el choque resuelto.

Con el Real Madrid errando sus tres primeras posesiones (dos pérdidas y un tiro fallado), fue el Bilbao Basket el que gozó de las primeras ventajas en el luminoso, gracias a una retaguardia bien plantada que dificultaba la circulación de balón de los de Laso y al acierto triplista de Lapornik y Tabu. Sin embargo, el 8-11 fue un espejismo. Un fallo en un contraataque de Eric, que recibió su segundo tapón casi seguido, dio paso al show de Llull. El balear enchufó un triple de más de ocho metros, dio continuidad a su estado de gracia con otras dos dagas desde mas allá de la línea de 6,75 y el luminoso mutó a un 17-13. Los de Duran perdieron momentáneamente el orden ofensivo, enredados en las cambiantes zonas de los blancos, pero consiguieron cerrar el primer cuarto sin desengancharse del choque (23-20). Con Todorovic sobre Doncic y la entrada en cancha de piernas frescas, los visitantes ganaron en presencia defensiva, aunque sufrieron a la hora de cerrar el rebote. Los locales solo movieron sus dígitos merced a los rechaces en aro rival de Reyes y Hunter, mientras que los hombres de negro sujetaban la mirada del rival abasteciendo de balones a un Buva muy superior a sus pares. Con el exbilbaino Álex Suárez actuando de tres y el croata gobernando la zona rival, el 29-26 mantenía el encuentro en un noticioso equilibrio, pero la vuelta a escena de Llull, muy bien secundado por Carroll, volvió a distanciar al Real Madrid (36-28). Sin embargo, Eric, muy desdibujado hasta entonces, cogió con acierto el testigo de su compañero en las distancias cortas y el Bilbao Basket siguió teniendo un faro que proporcionara luz a su ataque (43-39), aunque un mal medio minuto final permitió a los blancos alcanzar el ecuador de la contienda con una de sus mayores rentas (46-39) de la mano de un Llull absolutamente desatado con 18 puntos en los dos primeros cuartos. Los 17 puntos aportados entre Buva y Eric lideraban la resistencia hasta ese momento.

Despegue definitivo Pero el Bilbao Basket tiró por tierra todo lo bueno hecho hasta entonces en los primeros dos minutos y medio del tercer cuarto. Los visitantes perdieron el orden en ataque, salieron sin tensión en defensa y todo ello cristalizó en un parcial de 11-0 de la mano de Randolph y Llull (57-39). Duran prescindió Tabu y Buva, sustituidos por Borg y Eric, y la reacción no se hizo esperar con un 0-8 en apenas minuto y medio (57-47) de la mano del nigeriano y de un triple de Hervelle, pero el daño ya estaba hecho. El balear volvió a enlazar tres canastones marca de la casa para dejar clara la superioridad de los anfitriones, aunque los visitantes no le perdieron la cara al choque, apostando por hacer coincidir en cancha a Buva y Eric. Los blancos activaron a Reyes para aprovechar su hiperactividad y sus tablas en las distancias cortas, pero el Bilbao Basket se sujetó sobre el alambre para alcanzar el último cuarto con un honroso 73-61. Pero no tardó en caerse de bruces contra el suelo. Tabu, absolutamente fuera de sitio, cometió tres faltas personales en menos de un minuto de juego, Carroll cogió el testigo de Llull desde la línea de 6,75, Reyes se hizo poderoso en la zona y los hombres de negro se despeñaron en apenas tres minutos para verse 25 puntos por debajo en el marcador (91-66). Y no quedaba absolutamente nada que hacer, salvo intentar que el golpe fuese lo menos doloroso posible. Buva, superando a Ayón, bajó la diferencia de los 20 puntos, pero Carroll, Reyes y Draper no levantaron el pie del acelerador. El Madrid alcanzó los 100 puntos a 2:07 del final y acabó imponiéndose por un inapelable 104-76.