Alberto Díaz no es una casualidad
El base del Unicaja, con constancia y trabajo, se ha asentado en el primer equipo como estandarte de la cantera
ALBERTO Díaz ya no es aquel chaval pelirrojo con aspecto tímido al que recurrió el Bilbao Basket hace cuatro temporadas para cubrir la baja de Raúl López en los dos últimos meses de un curso caótico. El malagueño es ahora, con 22 años, un base hecho y derecho, el estandarte actual de la cantera del Unicaja, heredero de los Cabezas, Berni o Gabriel, y uno de los líderes en el vestuario del equipo malacitano. Lo suyo no es casualidad. Su progresión ha sido extraordinaria y puede hablarse de Díaz como uno de los jugadores más mejorados esta temporada, quizás junto al valencianista Pierre Oriola, teniendo en cuenta el rol que se les suponía y el que ocupan ahora.
El joven base se ha convertido en un ejemplo para los chavales de Málaga, y también de fuera, ya que se ha asentado en el primer equipo del club en el que ha jugado toda su vida y lo ha hecho con trabajo, esfuerzo y paciencia. En teoría, Alberto Díaz partía esta temporada en el tercer lugar del escalafón de los directores de juego del Unicaja. Pero transcurrida ya más de media temporada es el que más minutos está en cancha. Durante su corta estancia en Bilbao, se mostró como un excelente defensor y un base capaz de mantener el orden, que cargaba con un sambenito: no tiene tiro. En los trece partidos que jugó en Bilbao, firmó un 17% en triples. Este aspecto de su juego, esencial en un base moderno, es el que le ha hecho pasar de dudoso a indiscutible. El pelirrojo tiene este año casi un 50% de acierto desde 6,75 y es el séptimo mejor triplista de la Liga Endesa. Ya no se le puede dejar solo, por lo que puede decirse que Alberto Díaz tiene el pack completo para quedarse muchos años en la ACB.
Después de jugar en Bilbao, donde aprendió también la parte complicada del oficio de deportista profesional, fue cedido al Fuenlabrada en una campaña en la que creció a marchas forzadas en un equipo que también lo pasó mal y acabó último. Con todo ese bagaje, mucho más maduro, Díaz volvió al Unicaja donde ha acabado por hacerse un hueco. “Cuando coincidí con él ya se veía que tenía muchas posibilidades, que un día llegaría al nivel en el que está ahora”, comenta Dejan Todorovic. El alero del Bilbao Basket compartió muchas horas con Alberto Díaz en la cantera del Unicaja y le recuerda como “un jugador que brillaba sobre todo en defensa. Pero sé, porque solemos hablar a veces, que ha trabajado mucho en su tiro y ahora está con mucha confianza, la suya propia y la de sus compañeros y entrenador, y es muy peligroso también en ataque”. “Me alegro mucho por él. Esto demuestra que con trabajo y pasión se puede llegar al nivel que queremos todos”, añade el alero serbio, pensando en aquella generación de jugadores, los Pozas, Kuzmic, Lima, Sabonis o ellos dos, que crecieron para el baloncesto entre Los Guindos y el Carpena y se bregaron entre la LEB Oro y la LEB Plata.
un base muy completo Borja Mendia ejerció de anfitrión del malagueño en Bilbao, no en vano son de la misma edad y coincidieron en la selección española U19. “Está rindiendo a un nivel muy alto. En el Bilbao Basket ya mostró su energía y su calidad y se nota que los que eran sus puntos débiles ya no lo son tanto y ahora es un base muy completo”, se alegra el jugador bilbaino, que destaca que su excompañero “no tuvo sitio al principio en un equipo tan exigente como el Unicaja. Siempre es difícil llegar desde la cantera. Sin embargo, supo buscarse sus opciones, primero aquí y luego en Fuenlabrada, y ha demostrado que tiene la calidad para estar allí”.
Mendia entiende que Alberto Díaz puede ser un ejemplo para los jóvenes de que “con trabajo se puede llegar arriba”, partiendo desde las categorías inferiores. Además, ambos coinciden en otra cosa: han sabido llevar las exigencias profesionales sin dejar de lado los estudios. El bilbaino está cerca de acabar Fisioterapia y el malagueño, Magisterio. Incluso, cuando dispone de tiempo entre viajes y entrenamientos, hace prácticas en un colegio de su ciudad. Aquel pelirrojo que llegó a Bilbao casi pidiendo permiso no se ha rendido hasta que ha derribado la puerta de la ACB. Y no se va a conformar.