bilbao - Dos años después, el Dominion Bilbao Basket vuelve a empezar de cero, a perseguir un futuro en el que olvidar de una vez los sobresaltos recientes y poner rumbo a algo parecido a la estabilidad y la tranquilidad. Un nuevo entrenador y ocho nuevos jugadores en la plantilla son un reconocimiento implícito de que la pasada temporada, que acabó con aquel triple irrepetible de Joan Sastre en Miribilla, no fue tan satisfactoria como se quiso vender durante muchos meses.

Ese partido ante el CAI Zaragoza dejó al descubierto todas las fracturas en la nave y que el Bilbao Basket esté mañana en Fuenlabrada es un alivio porque estuvo a punto de irse de nuevo a pique. Así que el Pabellón Fernando Martín será un nuevo punto de partida para un proyecto que si algo ha demostrado también es su capacidad para reinventarse y sobrevivir a pesar de todo.

Su masa social ya está curada de espanto, pero conviene no tentar demasiado a la suerte por si alguna vez se desengancha. Las intenciones de realizar un baloncesto atrevido, divertido y nada especulativo, con un sello que remite de forma clara al Joventut y al legado de Aíto García Reneses, suponen una buena manera de proteger la fidelidad de los aficionados, aunque como siempre serán los resultados los que marquen los tiempos en este renovado equipo. Carles Duran, en su primera experiencia como primer entrenador en la Liga Endesa desde la primera jornada, transmite serenidad, normalidad y confianza en sus manifestaciones y sus jugadores parecen decididos a hacer el esfuerzo de asimilar un estilo de juego que les dará mucho margen para expresar su talento.

veteranos y jefes En la primera campaña después de la retirada de Raúl López, ahora metido en tareas de oficina, Álex Mumbrú y Axel Hervelle seguirán liderando al Bilbao Basket en la cancha y fuera de ella. Los dos veteranos aseguran competitividad y carácter ganador y son los vínculos con los despachos del club y con los seguidores, aunque en esta tarea les ayudará esta temporada Javi Salgado, que sigue siendo un icono para el baloncesto vizcaino después de seis temporadas en el Gipuzkoa Basket y el Estudiantes. A este núcleo veterano, habría que añadir a Jonathan Tabu, que será el que lleve la batuta en la cancha después del empeño que puso el club por reclutarle en verano. Si el base belga mantiene el nivel que dio el Fuenlabrada, el Bilbao Basket tendrá la consistencia y regularidad en la dirección de las que careció la temporada anterior.

Tabu supone una apuesta sobre seguro, pero el jugador que puede marcar diferencias es Scott Bamforth, que en teoría viene a ocupar el rol que tenía Dairis Bertans. El de Albuquerque debe sumar desde el perímetro con regularidad porque no ha hecho otra cosa en sus tres cursos anteriores en la Liga Endesa. Su 45% en triples de la pasada campaña en Sevilla invita a pensar que el Bilbao Basket apostará por él para jugarse muchos balones, comprometidos o no, aunque Bamforth ya ha demostrado que puede ejercer como generador del juego.

De los ocho fichajes del conjunto bilbaino, cuatro debutan en la Liga Endesa lo que siempre añade incógnitas sobre su capacidad de adaptarse en la competición. Tres de ellos provienen de la escuela balcánica y, por su experiencia internacional y la ambición con la que llegan, son jugadores en los que el club tiene confianza para el futuro, incluso para que esta temporada tengan un rol creciente en el equipo. El esloveno Miha Lapornik, que el año pasado visitó Miribilla con el Olimpia Ljubljana, tiene que aportar versatilidad a la línea exterior y asumir un extra físico en la posición de dos, sobre todo en las tareas defensivas. El montenegrino Danilo Nikolic llega con el claro rol de cuatro abierto y ya demostró ante el Guaros de Lara que no le hace ascos a tirar, aunque puede tiene problemas defensivos si no aprende a esconder sus manos.

Ivan Buva ha sido citado numerosas veces como un jugador clave en ataque para Carles Duran. El croata será la clara referencia en el poste bajo, donde tiene un interesante juego de pies y capacidad para acabar con las dos manos, y tendrá que añadir lectura del juego para aprovechar la atención que pueda generar en las defensas. Su complemento en la zona será Micheal Eric, que recibe la gran oportunidad de su carrera tras varios años en la NBDL. El estadounidense no tiene las habilidades ofensivas de Buva, al menos con los pies en el suelo, pero su papel es otro. Eric debe ser el ancla defensiva del Bilbao Basket, esa presencia intimidadora y reboteadora de la que el equipo ha carecido, probablemente, desde que se marchó D’Or Fischer.

pasos adelante Dejan Todorovic y Tobias Borg vivirán su tercera campaña como hombres de negro, pero casi hay que considerarlos como fichajes después de que estuvieran atados de pies y manos por el anterior entrenador, que lo mismo apostaba por ellos que los condenaba al ostracismo. Los dos tienen el apoyo de los veteranos y de Raúl López en su nuevo cargo de director deportivo porque saben que en el momento que sus cualidades físicas vayan acompañadas del poso que da la confianza pueden ser claves para ese estilo agresivo y veloz que pretende el entrenador. Si el serbio y el sueco juegan muchos minutos este año y dan el paso adelante que se lleva esperando desde que llegaron a Bilbao, será una noticia buenísima.

Por último, queda Borja Mendia, que está en su primera temporada como miembro de la primera plantilla de pleno derecho, algo que puede frenar su desarrollo. Duran suele utilizar muchos jugadores, pero el ala-pívot bilbaino lo tendrá difícil para rascar minutos, aunque cuando los tenga tendrá que aprovecharlos sumando intensidad en las dos mitades del campo.

Las sensaciones que ha dejado una pretemporada atípica han sido buenas, pero ahora hay que refrendarlas bajo el fuego real que coloca al equipo ante un inicio de liga ante rivales que están a su alcance. El Dominion Bilbao Basket está en ese momento en que debe mantener el nivel competitivo al tiempo que mejora su situación económica. Es el huevo y la gallina. A lo segundo contribuirá la llegada de nuevos patrocinadores, largamente prometida y esperados, y el mantenimiento de los que ya estaban, como se confirmó ayer con Foodoo. De lo primero se deben encargar Carles Duran y una plantilla que ilusiona solo por la abundancia de caras nuevas. Si son carne o pescado, se comprobará a partir de mañana en Fuenlabrada.