El Bilbao Basket necesita liquidez: línea de crédito o concurso de acreedores
El Bilbao Basket se da quince días de plazo para lograr la deseada fórmula que le garantice liquidez inmediata y evite adoptar una medida que sacaría al club de la LigaACB
bilbao - El Bilbao Basket se marca un plazo máximo de quince días para conseguir activar una línea de crédito o, de lo contrario, se verá abocado a un concurso de acreedores para resolver sus problemas económicos. Si se diera esta situación, el club perdería su plaza en la ACB, según obliga la Ley del Deporte desde 2011. En lo que sonó como una última llamada de socorro, este es el peor escenario que planteó ayer el consejo de administración en una de las juntas de accionistas más concurridas de la historia del club, en la que estaba representado un tercio del capital social, no en vano la supervivencia del Bilbao Basket vuelve a estar en entredicho dos años después.
En el otro lado, el que se está resistiendo más de lo que el consejo y los aficionados desearían, está que llegue esa línea de crédito con lo que entrarían inmediatamente 600.000 euros en la ampliación de capital a través de distintas empresas. Con esto y con el cobro pendiente de la deuda que Wisekey tiene con el club de 400.000 euros, se solucionaría la urgencia de liquidez y quedaría el futuro garantizado porque el Bilbao Basket podría continuar con su actividad habitual. “No podemos estar así todos los años”, lamentó Carlos del Campo, de nuevo la diáfana voz cantante de la reunión, porque “esto es malo para la imagen del club a todos los niveles”.
El tesorero del consejo de administración dijo que el Bilbao Basket ha cumplido “nueve de los diez pasos y solo falta el último” del plan de viabilidad que se trazó en la llegada de la nueva directiva, pero reconoció que “en estos dos años no hemos sido capaces de vender la credibilidad suficiente. Y no sabemos qué más podemos hacer”. En todo caso, Del Campo se mostró “esperanzado y optimista” en cuanto a culminar unas gestiones que se vienen prolongando ya unos cuantos meses, pero que ya tienen una fecha de caducidad. “No podemos continuar con vaivenes, pero tampoco nos estamos inventando la viabilidad del club”, aseguró.
el huevo y la gallina El retrato actual del Bilbao Basket se parece a una pescadilla que se muerde la cola, a lo del huevo y la gallina, en las que unas cosas llevan a las otras, pero sin unas no pueden existir las otras. El club carece de patrimonio que colocar como garantía, pero “contamos con unos ingresos históricos y constantes de más de un millón de euros por abonados y otros como los que vienen de ACB, taquillaje...” que podrían servir para tal fin, según Carlos del Campo. El Bilbao Basket, que es el club con la segunda asistencia media de la Liga y el tercero que más gente arrastra como visitante, ha ingresado más de medio millón de euros de particulares en una ampliación de capital “exitosa”, ha reducido los gastos de personal en un 55% y los de explotación en un 46%, ha situado su presupuesto base en torno a 1.200.000 euros, ha reducido la deuda que heredó de 6.500.000 euros, “esa pesadísima mochila”, en casi dos millones, pero “nos falta lo que parece, a priori, más sencillo de conseguir. Hemos hecho todo lo posible y lo más difícil, pero no parece suficiente. Entendemos que no hubiera crédito en 2014, pero no ahora”.
La situación patrimonial es estable, pero el principal problema ahora del club es que no puede atender a los compromisos con los acreedores. Antes de doce meses, tiene que cumplir con el pago de 2.743.277 euros en concepto de deuda. Ahora mismo, debe ya dos meses a la plantilla deportiva, que serán tres antes del final de la temporada, y antes del próximo 30 de junio debe abonar algo más de un millón. El Bilbao Basket agradeció la implicación de Dominion en todo este proceso y la calificó de “extraordinaria”, pero la vinculación acaba este año y tampoco se aseguró que vaya a continuar si no se corrige la situación actual porque “necesita ver un poco de cariño”. Desde luego, el actual patrocinador no va a avalar esa línea de crédito porque “bastante ha hecho. No sé si está junto a la Virgen de Begoña, pero casi”.
“Desde el consejo nos sentimos agotados y con sensación de soledad”, confesó el tesorero que, sin embargo, aseguró a los accionistas que nadie de los que accedieron al gobierno del club en mayo de 2014 “va a salir corriendo”. De todas formas, Carlos del Campo se preguntó, habida cuenta de las muchas gestiones que no han fructificado, si “aparte de los que estamos aquí esto importa a mucha gente más”. “Si vamos a este proceso es para plantearse si este proyecto tiene la implicación suficiente. Si vamos a concurso de acreedores, acabamos en el cajón”, expuso con toda la crudeza y sinceridad sobre las consecuencias que supondría una herramienta que hace unos años era habitual en las sociedades anónimas deportivas, pero que desde el cambio de la ley se queda en pan para hoy y hambre para mañana.
En la asamblea se pasó por encima de otros asuntos como el contrato televisivo, el futuro europeo del equipo, las relaciones con la ACB y sus clubes y la posibilidad de recuperar el canon si se declarara nulo. En la situación actual, poco importa eso. “Es complicada, pero se ha avanzado mucho y hay optimismo en rematar bien”, remató el presidente Xabier Jon Davalillo para cerrar una junta en la que la realidad volvió a mostrarse muy nítida.