bilbao - La Federación Española de Baloncesto (FEB) abrió este pasado fin de semana el proceso electoral del que saldrá el 9 de julio el presidente que sustituirá a José Luis Sáez, que ha dejado el cargo tras ser detectadas graves irregularidades en su gestión. Entre los seis candidatos que en un inicio se postulan están dos bilbainos: Germán Monge, actual presidente de la Federación Vizcaina, y Arturo Aguado, su homólogo en la Vasca. Ese número de aspirantes se antoja excesivo, pero ante la imposibilidad, de momento, de llegar a una candidatura de consenso, ambos tratan de atar los apoyos necesarios para ir con garantías de éxito a la asamblea que elegirá al nuevo presidente y que consta de 119 miembros, el 60% de ellos representando al baloncesto no profesional y el 40% restante procedente del ámbito profesional.

sumando basket Monge, biólogo de profesión y que ha sido miembro de la Comisión Delegada de la FEB durante ocho años, lidera una candidatura que ya tiene lema, Sumando Basket, y que busca “una transformación, nunca una demolición” para convertir al ente en “abierto, transparente, participativo e innovador” gracias a un proyecto “que llevamos preparando dos meses y que pretende ser compartido por todos los estamentos”. “Se avecinan unos años complicados porque se acaba una generación que ha dado muchos éxitos, la situación económica es la que es y ha habido unos éxitos deportivos que han enmascarado una gestión personalista y no adecuada, según se ha visto”, añade el presidente de la Vizcaina, que ha sido “animado por otros compañeros de federaciones” y que se cree que cuenta “con el bagaje suficiente en la gestión deportiva y en el propio baloncesto” para postularse.

La candidatura que encabeza Germán Monge quiere resaltar el papel de la mujer “tanto en las canchas como en el gobierno del baloncesto”. “Se está dispersando el talento y tenemos que ver cómo evitarlo, empezando por dignificar nuestras competiciones”, explica. Este de las competiciones es un aspecto esencial ya que “no estamos pasando nuestra mejor época y es el momento de estar unidos”. Quien llegue a la presidencia lo hará cuando el conflicto entre la FIBA y la Euroliga está latente y con la FEB como víctima colateral, algo que no entiende Monge porque “ambos mundos están obligados a llegar a un acuerdo. A la FIBA no le interesa que España no juegue sus competiciones y a los clubes profesionales no les interesa que la base se debilite ya que su nivel competitivo bajaría y estoy seguro que debe haber una solución”.

regeneración Arturo Aguado, abogado de profesión, ha dado el paso de aspirar a la Española porque “hay varias federaciones que me lo han pedido”. “Yo no tenía intención de postularme, pero he sopesado los pros y contras familiares, personales y profesionales y he decidido aceptar”, aclara el desde hace ocho años presidente de la Federación Vasca. Hasta el 9 de julio queda tiempo para que surjan incluso más candidatos, aunque Aguado entiende que “es algo inviable y que, en todo caso, revela que hay una fractura clara. No hay tampoco un claro caballo ganador y no se sabe quién apoya a quién, ni quién está con quién. Tendrá que haber alianzas”.

A su juicio, la FEB “necesita un cambio porque vive una grave crisis institucional. Está claro que la federación que resulte de este proceso será una diferente”. Su propuesta habla de “regeneración, un continuismo total no es bueno”, pero “en el fondo todos coincidimos en lo fundamental que es la necesidad de una transparencia en la gestión y una racionalización del gasto”. “La FEB ha crecido de forma enorme y la actual generación de jugadores ha dado grandes éxitos. Hay otras cosas que se han hecho mal que habrá que cambiar, pero antes hay que identificar unas y otras”, comenta Arturo Aguado, que pretende trabajar para lograr unas competiciones “más racionales, menos costosas y más asequibles para los clubes”.

Eso sí, “lo que ocurre en la FIBA queda lejos de las federaciones autonómicas o provinciales. El ámbito profesional y el no profesional son distintos y la FEB quizás no puede intervenir, pero sí ayudar a que lleguen a acuerdos. Por ejemplo, que no haya ascensos a la ACB es algo que no es bueno”, reflexiona. “Pero primero hay que estar dentro para saber los pasos a dar”, matiza Aguado, que advierte de que su intención “es ser presidente, no otra cosa. Si no tengo apoyos, me retiraré”.