Bilbao - La victoria en la final del torneo de Zaldibar supuso el bautismo de fuego de Julen Martija y una de las razones con más peso para su debut. También demostró con su buena derecha, que va ganando gas, en los entrenamientos con Aspe. Le sorprendió el debut.
Comienza su carrera profesional en Aspe el domingo en Eibar. ¿Cómo está viviendo esta semana?
-Está siendo una semana ajetreada, porque me están llamando de muchos sitios. Normalmente, suelo ser bastante tranquilo y me lo tomo así. Al final, se agradece que la gente se interese por ti. Espero que el domingo me salgan las cosas y salir relajado al Astelena.
¿Ilusionado?
-Sí. Siempre tienes un poco de miedo por cómo van a salir las cosas el día del estreno. Estoy tranquilo y espero hacerlo bien.
¿El hecho de que haya tenido que esperar unas semanas desde que se hizo oficial su fichaje le afecta?
-Cuando estás para debutar, la gente se fija más en ti. Los partidos anteriores no suelen ser buenos por esa presión. Dicen que ya has demostrado lo que tienes que demostrar, pero tienes que enseñar por qué estás ahí. Un poco largo sí que se me ha hecho. Lo he llevado bastante bien. A ver si me acostumbro ahora al cambio.
Es muy joven, apenas 18 años. ¿Esperaba una oportunidad tan temprano?
-Así, tan rápido, no. Últimamente estaba jugando bien en aficionados y gané el torneo de Zaldibar, estaba en mi mejor momento, pero no como para debutar. Me vino de sorpresa. Estuve entrenando un día, alguna vez también con Asegarce, y no lo esperaba. Cuando me lo comunicaron, me quedé sorprendido, pero con ganas. El tren solo pasa una vez y hay que aprovechar esta oportunidad.
¿Cómo se define como zaguero?
-No suelo fallar mucho. Soy bastante seguro. He notado que con la derecha me estoy sintiendo más fresco en los últimos meses. Una de mis virtudes es que arrimo mucho la pelota.
Tras ganar el DV en 2013, una lesión frenó su progresión...
-Me llevé la txapela con Altuna III. En esos momentos, andaba bien. A finales de verano, me caí y me rompí el radio. Estuve con escayola y tuve que estar cuatro meses sin tocar pelota. Me costó un montón. Pensé que no iba a poder recuperar el nivel que tenía antes de la lesión. Al siguiente verano, cogí cada vez más golpe, subí rápido y empecé a jugar torneos importantes. Ha sido todo muy rápido.
¿En qué le toca trabajar?
-Físico no he hecho mucho y ahora estoy con un preparador con el que entreno un par de veces por semana. Sé que tengo que mejorar en ese aspecto, porque lo partidos de profesionales son físicos. Además, tengo que mejorar la izquierda, con la que tengo que soltarle con más naturalidad, y la volea. En el juego actual es algo fundamental.
¿Quiénes son sus referentes en la pelota a mano?
-Como pelotari, siempre me ha gustado Martínez de Irujo. Es un manista que lo da todo y tiene facultades enormes. Aunque tenga mala leche en la cancha, hace falta ese genio. Para mí, es el mejor. Por otro lado, como zaguero, Zabaleta es de aquí al lado y es un referente. Tiene un toque increíble con la derecha.
Tocaba el piano hasta el año pasado, ¿no?
-Desde pequeño empecé a tocar el piano. A mi padre le gusta la música y me llevó a ello. Hasta el año pasado no había problema para compatibilizar pelota y piano, pero ahora no es fácil. Cuando juegas más partidos, las manos no están iguales. Asimismo, como este año he empezado en la universidad ingeniería mecánica, no tengo demasiado tiempo. Sigo tocando, porque me gusta.
¿Clásico o movido?
-Aunque toque clásico, no me gusta mucho para escuchar en algunos momentos. Prefiero cosas más movidas.