Bilbao - Naiara Gómez entró con paso lento ayer en la sede del Basque Team, donde se celebraba su rueda de prensa de su despedida, como si quisiera paladear sus últimos segundos de deportista de élite. Escoltada por el director de Deportes del Gobierno vasco, Jon Redondo, sus movimientos de manos nerviosos le servían para canalizar una tristeza que escondía muy bien en su rostro. Contuvo las lágrimas cuando agradeció el apoyo de los suyos, que abarrotaban la sala -familia y amigos-, demostrando así que, como buena deportista, su fuerza no solo proviene de los brazos.
“Con 39 años ya puedo dar el relevo a los más jóvenes”, expresó la palista getxotarra. Tras 14 años de carrera deportiva la piragüista tiene el orgullo de poder exhibir en sus vitrinas dos medallas de bronce de los campeonatos del mundo, de Bergen (2004) y Singapur (2011), en la modalidad de K2. La segunda medalla además, la logró después de haber sido madre. “Durante el embarazo seguí entrenando todo el tiempo que me permitió mi estado, así, cuando volví me costó menos coger el ritmo”, reveló Gómez. Aunque confesó que con su edad y dos niños ya le llegaba el momento de “disfrutar” y poder tomarse la vida de otro modo. “He sacrificado muchas cosas, pero ahora quiero tener tiempo para disfrutar de los míos”, comentó la deportista.
Gómez incidió también durante la comparecencia en los valores del deporte y cómo estos deberían de estar por encima de los resultados. “Hay mucho esfuerzo detrás de estos logros y todo se decide en un segundo, parece que si no aciertas en ese segundo no has hecho nada en toda la temporada”, se lamentó la getxotarra, quien declaró, no obstante, que la piragua ha sido para ella “mucho más que un deporte, ha sido su vida”. “Seguiré montando en piragua porque me apasiona”, aseveró Gómez. Lo que no echará tanto de menos serán los entrenamientos de invierno. “Esos días todo lo abrigada que podía, con las manos congeladas entrenando en el río. Son muy duros”, recordó la piragüista.
A pesar de sus 39 años, Naiara Gómez seguía manteniendo su ilusión en este deporte, pero el año pasado la rotura del timón en el Mundial y una descalificación en el último Campeonato de España precipitaron su decisión. “Fue algo injusto. Me quedé a las puertas de todo y aunque habría tenido otra oportunidad de reengancharme, me di cuenta de que había llegado el momento de poner punto y final”, añadió Gómez, contrariada.
Redondo, por su parte, quiso destacar los valores deportivos que representa la piragüista. “Es todo un ejemplo para los jóvenes. Pero no solo por sus resultados, también por su entrega y sobre todo por su actitud ante las adversidades”, elogió el director, que no quiso despedir a la genial piragüista con un adiós definitivo, sino con un hasta luego provisional, viniéndola a decir que esperan contar con su experiencia.