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Metamorfosis baskonista

En su vuelta a la competición liguera, el Bilbao Basket se medirá a un Laboral Kutxa que tras cambiar de técnico y haber utilizado ya 19 jugadores está en su momento más álgido del curso

Metamorfosis baskonista

Bilbao - Poco, muy poco, tienen en común el Laboral Kutxa que el pasado 26 de octubre logró su primera victoria del curso en la Liga Endesa, precisamente ante el Bilbao Basket, con el que el próximo domingo visitará el Bilbao Arena tras el parón copero. Para empezar, el inquilino del banquillo ha cambiado. Tampoco se mantiene ninguno de los componentes de la pareja de bases, ni la pieza llamada a liderar el juego exterior, ni uno de los pívots... El conjunto gasteiztarra, víctima de un malísimo arranque de temporada que le privó incluso de disputar la Copa por primera vez desde 1998, ha sufrido una metamorfosis espectacular en lo referente a su estructura que, finalmente, ha tenido su reflejo en el capítulo de resultados, haciendo que el cuadro alavés vaya a visitar Bilbao esta semana en su momento más álgido del curso.

El proyecto resultante en septiembre de la tan cacareada refundación proclamada a los cuatro vientos por Josean Querejeta apenas tuvo poco más de un mes de vigencia, el tiempo que tardó el club en enseñarle la puerta de salida al hombre llamado a llevar el timón de la nave, un Marco Crespi que fue destituido en la noche del 13 de noviembre tras una durísima derrota por 66-86 ante el Estrella Roja. El italiano se marchó con un balance de 2-4 en la Liga Endesa y de 2-3 en la Euroliga y fue sustituido por su ayudante, Ibon Navarro, al tiempo que Jota Cuspinera aterrizó en el club para ejercer de ayudante. Pero la verdadera revolución se ha producido en la plantilla, pues hasta un total de 19 jugadores han lucido la camiseta baskonista en apenas cinco meses de temporada. Del derbi de la primera vuelta no siguen ninguno de los bases -Doron Perkins, decisivo en aquel partido, y el controvertido Thomas Heurtel, vendido al Anadolu Efes-, Orlando Johnson, decepcionante en su papel de referente exterior, ni Lamont Hamilton, fichado en el verano de 2013 procedente precisamente del Bilbao Basket. Por Gasteiz han pasado también fugazmente, y sin pena ni gloria, Sasha Vujacic, DJ White y Ryan Gomes.

Así las cosas, el Laboral Kutxa se ha visto obligado a una reconstrucción sobre la marcha y entre los nuevos jugadores e Ibon Navarro, un hombre de la casa que ha aportado templanza, cordura, sentimiento e ingentes dosis de trabajo, han sabido corregir una peligrosa cuesta abajo que se había dejado sentir en la afición baskonista que ha vuelto a recuperar la ilusión y a conectar con la nueva propuesta de juego del equipo, directa y espectacular sobre todo en el Buesa Arena. La pareja de directores de juego estadounidenses formada por Mike James y Darius Adams ha aportado picante y verticalidad aunque le falta algo de templanza en finales ajustados, Mirza Begic ofrece centímetros y presencia en la zona y Ben Hansbrough cierra una rotación exterior solvente. Ellos cuatro junto a los San Emeterio, Bertans, Causeur, Shengelia, Iverson y Tillie componen una rotación de diez jugadores que con continuidad, sin las constantes llegadas y salidas de los primeros meses, está dando un rendimiento más que positivo. De hecho, el Laboral Kutxa es ya séptimo en la Liga Endesa, a cuatro triunfos del Bilbao Basket, y sigue vivo en el Top 16 de la Euroliga, competición en la que el viernes, en Estambul, afronta un duelo vital de cara a sus aspiraciones ante el Anadolu Efes.

Solo dos triunfos fuera Desde la llegada de Ibon Navarro al banquillo, el conjunto alavés presenta un balance de 9-6 en la competición doméstica y 6-6 en el torneo continental. Su apuesta por la verticalidad, los ataques fugaces y el juego directo le está proporcionando excelentes dividendos en el Buesa Arena, donde ha llegado a 100 puntos en tres de sus últimos cinco partidos, pero le cuesta más rendir como visitante. De hecho, su primera victoria como fuera en la Liga Endesa llegó la pasada jornada en Manresa (64-71) y en Europa solo se ha impuesto hasta el momento en la cancha del Galatasaray. La resolución de los finales apretados tampoco figura entre sus grandes virtudes, pues ha perdido seis de los siete citas resueltas por dos o menos puntos.