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“Es un sueño para los deportistas cubanos estar junto a Fidel Castro”

El Campus Promete visita al Gernika (18.30 horas) y en sus filas volverá a estar la cubana Licet Castillo, que a sus 42 años ha almorzado hasta con el mayor de los Castro

“Es un sueño para los deportistas cubanos estar junto a Fidel Castro”Foto: Oskar Lakarra

Bilbao - Regresa a la Liga Femenina cuatro años después de finalizar su primera etapa, ¿qué tal está viviendo su vuelta a la competición?

-Muy bien, la verdad es que estoy bastante contenta. Cuando entro a la cancha de baloncesto se alivian todas mis penas y me motivo rápidamente. Mi debut en esta Liga Femenina para mí es mucho mejor que el anterior, porque ahora hay mucha más igualdad que la primera vez que estuve. Además, en la Liga Femenina 2 se juega de otra manera, a la que me costó adaptarme.

¿Qué objetivos tiene para esta temporada?

-Mi próximo reto es poder mantener la categoría y todo el equipo está metido de lleno para arreglar esta situación. Después de este mes y medio, valoraré si continúo o no. La motivación que tengo me hace pensar que puedo seguir y mi estado físico también, pero tenemos que sentarnos con el club a hablar.

Además en esta ocasión compagina su rol como jugadora con el de entrenadora.

-Estoy de preparadora física de cara a las pesas con mi primer equipo. También entreno a niños pequeñitos del club e intento que lo pasen bien, se diviertan, entiendan en que consiste un juego de baloncesto y lo que se puede conseguir mediante él. Tenemos un programa en la Fundación Promete que está vinculado a más allá de la cancha y tratamos que el niño vea las amistades que puede conseguir dentro del deporte y aprenda todos estos pequeños detalles que son muy importantes: la disciplina, el esfuerzo, el compañerismo...

¿Cuál es la clave de su longevidad deportiva?

-En lo personal, mi clave es la base que tengo de mi país. En Cuba se entrena mucho y se compite muy poco. Luego he conseguido llegar hasta donde estoy gracias a la manera de cuidarme y la importancia que le doy al mantenimiento. El querer también influye. La motivación que tengo y las ganas hacen que siga. El baloncesto es mi vida.

Gracias a ello ha podido vivir cuatro Mundiales y tres Juegos Olímpicos.

-Mi paso por la selección nacional fue una trayectoria muy linda, no me puedo quejar. A base de constancia y trabajo también he tenido muy buenos resultados y me quedo con Barcelona’92, que para mí han sido los mejores Juegos Olímpicos de los que he vivido. La cuarta posición de ahí y el bronce mundialista son cosas que nunca olvidaré y siempre estarán ahí.

Gracias a los éxitos con la selección, llegó a almorzar con Fidel Castro, ¿cómo fue aquel encuentro?

-Ganamos una Copa de las Américas en Cuba y nos llamaron para ir a comer con él. Fue una experiencia inolvidable. En realidad, tengo que agradecerle mucho al Estado cubano. No sé si habiendo vivido en un país capitalista, mis padres hubieran tenido la oportunidad de pagarme todo para poder llegar hasta dónde llegué. Es algo que no lo sé e intento ver el lado positivo de las cosas.

¿Qué sintió cuando le conoció?

-Fue antes de ese almuerzo y cuando era muy jovencita. No sabía qué hacer, es una sensación un poco extraña. Estaba hablando con él y todavía estaba alucinando y preguntándome si sería verdad. Es el sueño de todos los deportistas en Cuba, estar junto al comandante de entonces.

¿Cuáles son sus recuerdos de aquellas charlas?

-A mí me llamaban Ladillita, porque era delgada y muy rápida, y me preguntaba a ver cómo hacia para moverme así en la cancha. Luego, también se interesaba por mi formación, porque en Cuba si vas mal en los estudios, te sancionan y no te dejan jugar hasta que saques la materia. Se preocupaba por nosotras y nuestras familias.