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A Santiago en solo 24 horas

El ciclista guipuzcoano Mikel Azparren afronta a partir de las 16.00 horas de esta tarde el reto de realizar el camino de Santiago en bicicleta en menos de un día, tratando de mejorar el tiempo que hizo el año pasado

A Santiago en solo 24 horasDEIA

DE la inquietud de un deportista surgió la idea de este reto. Realizar un total de 751 kilómetros, que es la distancia que separa Roncesvalles de Santiago de Compostela, sobre la bicicleta en menos de 24 horas. El valiente se llama Mikel Azparren, un ciclista que el año pasado quiso comprobar si era capaz de superar dicho desafío. No lo consiguió, terminó el trayecto en 24 horas y 56 minutos pero ese resultado no le sirvió para rendirse. Todo lo contrario. Este año afronta de nuevo el reto con “optimismo e ilusión” y además se ve “en mejores condiciones que el año pasado”.

En 2013 logró batir un récord en este recorrido, redujo el tiempo marcado por otros corredores en dos horas y media, “algo que me sorprendió mucho”, relata el guipuzcoano. No solo logró “marcar una nueva crono” sino que lo hizo sobre un recorrido quince kilómetros más largo que el completado por otros ciclistas.

Reconoce que el año pasado tuvo errores. Era la primera vez que afrontaba una prueba de este tipo, pero haberla completado le ha servido a Azparren para corregir cosas para hoy. “El primer error fue sin duda el de la comida”, y es que el corredor guipuzcoano estaba acostumbrado a carreras “de cinco o seis horas en las que como muy poco, un pastelito y dos geles”, cita como ejemplo. Pero en carreras de tan larga distancia, 24 horas sobre la bicicleta, “tienes que acostumbrar al cuerpo a estar comiendo constantemente”, relata Azparren. Algo a lo que no estaba acostumbrado, pero que para esta ocasión lo ha cambiado y ha ido adaptando el cuerpo paulatinamente para aprender a comer de esa manera y que el cuerpo asimile la comida.

Para Azparren hubo un segundo error en la edición del año pasado, que fue “el salir a las 12.00 del mediodía”. De ese modo la parte “más conflictiva, que fueron la subida a Cruz de Hierro y a O Cebreiro, las hice de madrugada, entre las 4.00 y las 7.00 de la mañana”, cuenta Azparren. “La noche me despistaba mucho porque no podía ver la subida y no tienes los reflejos igual de bien”, por lo que el corredor guipuzcoano perdió en ese tramo “mucha agilidad de pedaleo”.

La experiencia es un grado y por ello Azparren ha corregido esos errores y este año ha fijado la hora de salida a las 16.00 horas y desde Roncesvalles, por lo que espera llegar antes de esa misma hora pero del domingo a Santiago de Compostela.

Para Azparren el trayecto de Burgos a León es donde mayor provecho puede sacar ya que “son 186 kilómetros prácticamente llanos que cogeré desde la medianoche a las 5.00 de la mañana”, cuenta el guipuzcoano. De este modo aúna la parte más fácil con la dificultad de pedalear de noche.

Por otra parte, el último tramo será el que más le cueste: “No solo porque es la última parte y es donde las piernas están más cansadas, sino porque los últimos 120 kilómetros en tierras gallegas son durísimos, con un constante sube y baja, sin ningún kilómetro totalmente llano”, relata Azparren.

la carrera Como en toda prueba deportiva el ciclista parte con una estrategia que tratará de llevar a cabo durante el transcurso del Camino de Santiago. Para ello lleva entrenando todo el año, pero “con una preparación mucho más específica durante estos últimos tres meses”, comenta el guipuzcoano. En este tiempo ha realizado entrenamientos de 340 kilómetros, por la noche o incluso en la ruta a la que se enfrenta a partir de esta tarde, “aunque ya la conozco, es para recordar un poco el camino”, confiesa el ciclista.

Respecto al transcurso de la prueba tiene un planteamiento que puede variar, ya que se trata de ir viendo “cómo me encuentro”. La idea es hacer un total de cuatro o cinco paradas, “cada seis horas aproximadamente”. Aquí, la experiencia también cuenta. La ocasión anterior estuvo las primeras doce horas sin bajar de la bici, cosa que no repetirá. “Este año voy a parar y a estirar cada seis horas más o menos”, cuenta Azparren. Preparado para no dormir y con el tema de la alimentación ya aprendido, ha ido adaptando al cuerpo poco a poco para comer cada hora durante la prueba. “Se trata de ingerir comida líquida, geles de rápida asimilación y también lo típico de los ciclistas, plátanos y pasteles de arroz”, relata.

Utilizará dos tipos de bicicletas diferentes. Una de ellas de contrarreloj, que es la elegida para los tramos llanos, como el de Burgos-León y otra bicicleta de carretera pero con acoples para las zonas más difíciles. Además, realizará todo el trayecto él solo, sin nadie que tire de él, tal y como marcan las reglas UMCA. Sí que habrá un equipo que le acompañe para asistirle en lo que necesite y con la presencia de un médico “por si tengo un desfallecimiento o cualquier cosa para ir más tranquilo”, confiesa Azparren. Contará también con la presencia de su familia, que le apoya y anima y que “siempre es un aliciente” en este tipo de retos.

Mikel Azparren se considera una persona muy optimista que afronta el reto de este año con mucha ilusión. “Cuando afronto algo es porque estoy realmente convencido de que lo puedo hacer, aunque el tiempo, la hora y el momento terminan poniéndote en tu lugar”, comenta. El guipuzcoano añade que este año hay que ser “optimista pero sabiendo que te tienen que acompañar muchos factores para que salga bien”. Y si consigue su propósito el domingo, ¿se conformará con su nueva marca o tratará en días futuros de reducirla aún más? Azparren lo tiene claro. “Sinceramente creo que me conformaré con haberlo hecho en menos de 24 horas”. Si lo consigue saboreará ese nuevo crono y afrontará nuevos proyectos y retos futuros.