bilbao -Si pretendías triunfar en los Juegos Olímpicos de Sochi, más te valía haber soplado velas más de una treintena de veces. Una vez terminado el reparto de medallas, ha quedado claro que los viejos roqueros han sido los que han cortado la pana en la vigésimo segunda edición de los Juegos invernales. Que fuese una cita en la que se estrenaban doce disciplinas no ha ayudado a que se diese un relevo generacional. No ha habido sorpresas e incluso los que han salido de Sochi como los grandes triunfadores, han alternado sus triunfos con decepciones en otras pruebas.

Ole Einar Bjoerndalen es el primer nombre que ha quedado para el recuerdo. El biatleta noruego ha conseguido en sus sextos Juegos Olímpicos dos medallas de oro que completan una colección inédita de trece preseas. Desde que debutara en los Juegos de Lillehammer, donde no consiguió ningún premio, ha ganado ocho oros, cuatro platas y un bronce. Después de hacer historia en Sochi ya ha anunciado que se retirará al terminar la Copa del Mundo, de la que quedan tres pruebas.

Con 33 años Marit Bjoergen también ha igualado el récord femenino de medallas en los Juegos de invierno, un total de diez, gracias a sus tres oros en esquiatlón, el relevo sprint y los 30 kilómetros. Tanto Bjoergen como Bjoerndalen pasarán a la historia por lo conseguido en Sochi, pero ambos han tenido más fallos de los que se esperaba de ellos.

En mayo cumplirá 31 años otro de los nombres propios de Sochi. La eslovena Tina Maze gozaba de un envidiable palmarés, pero no sabía lo que era ganar un oro en los Juegos. Se convirtió en la primera campeona olímpica de la historia de Eslovenia al ganar el descenso, un oro que también pasará a la historia al ser compartido con la suiza Dominique Gisin. Pero días después se impuso en el gigante, por lo que su cuenta de preseas se eleva a cuatro con las dos platas ganadas en Vancouver. A pesar de las dos alegrías, Maze también se quedó a las puertas de otros podios, a un paso de agrandar su leyenda.

Bode Miller es otro ilustre veterano que dejó una de cal y otra de arena. El genial estadounidense pasó a la historia por sumar su sexta medalla en esquí alpino al ganar el bronce en el supergigante. A sus 36 años se ha convertido en el quinto esquiador que gana una medalla olímpica en cuatro disciplinas diferentes. Pero Miller no quedó nada contento con su papel en el descenso y renunció a participar en el slalom, el mismo en el que la medalla de oro fue para otro veteranísimo: Mario Matt, de 34 años.

los juegos de rusia Los Juegos de Sochi han dejado satisfecha a toda Rusia. A pesar de ser criticados por su precio, no se han producido atentados terroristas como se temía y los deportistas no han cumplido con sus amenazas de avivar el debate sobre los derechos de los homosexuales con reivindicaciones en las competiciones. Pero el país liderado por Vladimir Putin ha sacado pecho, sobre todo, al convertirse en el líder del medallero, aunque sea a costa de deportistas nacionalizados.

Cinco de sus trece oros los ganaron Victor Ahn y Vic Wild. El primero de ellos ha sido una de las sensaciones en las pruebas de patinaje de velocidad. Ahn, que en Turín ganó tres oros y un bronce para Corea del Sur, se presentó en Sochi bajo bandera rusa para ganar otros tres oros y un bronce. Por su parte, Vic Wild renunció a la bandera norteamericana tras enamorarse de Alena Zavarzina y sus dos oros en snowboard han sido para Rusia.

Pyeongchang acogerá los Juegos de 2018 y seguro que Corea no podrá coger el relevo como máximo medallista pese a ser el anfitrión. Pero seguro que los veteranos tendrán más dificultades para ganar medallas si se confirma la tendencia marcada por Mikaela Shiffrin, ganadora del slalom con solo 18 años.